Transgénicos sí o transgénicos no. El debate sobre el uso de productos agrícolas modificados genéticamente llega a nuestro país. Dos premios Nobel de Medicina han defendido en un congreso en Valencia la necesidad de utilizar semillas modificadas en el laboratorio para alimentar a los países en desarrollo.
"Seguro que un niño africano que pasa hambre todas las noches estaría muy feliz de tener alimentos transgénicos", asegura Richard Roberts, quien fue premio Nobel de Medicina en 1993.
Estos científicos acusan a los partidos verdes y a la ONG Greenpeace de atentar contra la humanidad por no apoyar el uso de alimentos transgénicos "Hay partidos verdes que les dicen a los políticos africanos que no deben utilizar comida transgénica. Esto va a provocar que pasen hambre", afirma Roberts.
Los dos premios Nobel forman parte de una lista de más de 100 premiados con este galardón que defienden el consumo de transgénicos. Dicen que son seguros, se adaptan mejor a las sequías y son más productivos.
Para Greenpeace, el uso de transgénicos no es la solución al hambre. Creen que hay alimentos tradicionales suficientes para cubrir la demanda. "Existen alimentos para alimentar a todas las personas que somos hoy, y las que seremos en 2050, pero el desperdicio alimentario está ya en un 30%", explica Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace.
Los ecologistas aseguran que los transgénicos no dan más rendimiento que un producto normal, y además, crean nuevos problemas. Como alternativa a las semillas modificadas genéticamente, proponen fomentar la agricultura ecológica, respetuosa con el medio ambiente y con la salud.