Las dos compañías de refrescos más importantes, Coca-Cola y Pepsi, pagaron a al menos 96 organizaciones nacionales de salud entre 2011 y 2015 para obstaculizar los esfuerzos de combatir la epidemia de obesidad en Estados Unidos, según investigadores de la Universidad de Boston.
Además, en el mismo período de cinco años, las dos empresas presionaron contra 28 proyectos de ley de salud pública destinados a reducir el consumo de refrescos o mejorar la nutrición, según dicho estudio, publicado por el American Journal of Preventive Medicine.
Las empresas "utilizaron las relaciones con las organizaciones de salud para desarrollar acciones positivas para sus marcas", afirma Daniel Aaron, un estudiante de medicina que participa en el estudio.
Aaron y Siegel han investigado patrocinios y esfuerzos de presión por parte de Coca-Cola y Pepsi, que llegaron a 96 organizaciones nacionales de salud que aceptaron dinero de las compañías.
Según los datos del estudio, 12 organizaciones aceptaron dinero de ambas compañías; y 83 aceptaron dinero de solamente Coca-Cola, aunque los datos podrían ser inexactos porque Coca-Cola sí publica una lista de sus organizaciones receptoras, mientras que Pepsi no lo hace.
"En lugar de apoyar la salud pública, las organizaciones pueden convertirse en socios involuntarios en una estrategia de marketing corporativo que socava la salud pública", explica el estudio. Entre 2011 y 2014, Coca-Cola habría gastado más de 6 millones de dólares al año, mientras que Pepsi pasó los 3 millones al año.
El estudio denuncia que acontecimientos previos en empresas de tabaco y alcohol demuestran que este tipo de actividades consigue que las compañías de salud se silencien y no ejerzan presión para apoyar medidas de salud pública.
Los EEUU tienen una de las tasas más altas de obesidad en el mundo, y el consumo masivo de refrescps es uno de los factores. De media, los estadounidenses consumieron 46 litros de refresco en 2009.