El baño de masas que Puigdemont se ha dado en Girona justo después de ser cesado como president por la aplicación del 155 es la última vez que se le ha podido ver en público. Nadie esperaba que recorriera en cuatro horas en un coche los 450 kilómetros que separan Girona y Marsella.
Una vez allí se ha subido en un avión, y en menos de dos horas se ha plantado en Bruselas, como les ha adelantado en exclusiva laSexta: Puigdemont y cinco consellers tienen previsto pedir asilo en Bélgica. Todo se produce un día después de que el secretario de Inmigración del gobierno belga se mostrara abierto a ofrecer asilo al dirigente catalán.
Según ha podido saber laSexta, ha ido acompañado además de cinco exconsellers de su gobierno, dos de Esquerra y tres del PDeCat: Meritxel Borràs, de Gobernación, Toni Comín, de Salud, Joaquim Forn, de Interior, Dolors Bassa, de Trabajo, y Meritxell Serret, de Agricultura. Puigdemont ha jugado al despiste publicando una foto en su cuenta personal de Instagram. En ella se muestra una cara sonriente y una imagen del patio interior del Palau.
Mientras tanto, se producen más silencios en las reacciones de su entorno más cercano. Ni Oriol Junqueras, ni Artur Mas ni Carme Forcadell han querido pronunciarse sobre el viaje del expresident de la Generalitat a Bruselas. La cup ha reconocido que no sabia nada de este viaje. "Para nosotros también ha sido una sorpresa que estuvieran en Bruselas", ha asegurado Mireia Boya, portavoz de la CUP.
También el diputado de Junts pel Sí, Lluís Llach, se ha pronunciado: opina que es una denuncia contra España delante de Europa y una forma de guardar la dignidad del 1 de Octubre. Además, y según ha podido saber laSexta de fuentes del Ministerio de Interior, el viaje de Puigdemont no podría haber sido impedido porque no se ha dictado ninguna orden de detención contra él.