Fiorenza es nieta de una mujer española que emigró a Argentina en los años 30 en busca de una vida mejor, pero desde que su abuela se casó con un argentino, perdió la nacionalidad española. Hoy ella no tiene pasaporte español por una cuestión de género, porque si el español hubiera sido su abuelo, varón, sí se lo podría haber transmitido.
La nacionalidad para los hijos de las mujeres españolas solo está reconocida a partir de la constitución de 1978. Una ley discriminatoria que varios grupos políticos como Izquierda Unida y Podemos quieren por fin enmendar.
La manera de hacerlo será a través de una proposición de Ley que permita incluir a todos los descendientes a los que se les ha denegado la nacionalidad.
Muchos españoles fueron obligados a renunciar a su nacionalidad para poder trabajar en el país de acogida, y pese a que la ley de Memoria Histórica restañó algunas lagunas jurídicas, no lo hizo con todas.
Ellos solo quieren un reconocimiento oficial de lo que en la práctica se sienten: ciudadanos españoles nacidos en el extranjero.