Las palabras de Puigdemont el pasado martes han vuelto a desestabilizar las relaciones entre el Govern y la CUP: "Aquella famosa cadena de confianza con Carles Puigdemont y con el Govern, ha quedado tocada, no rota pero sí tocada" confesaba el diputado Arrufat.

Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Artur Mas y Gabriel Rufián en el acto de apoyo a Francesc Homs

Los anticapitalistas se negaron a aplaudir el discurso del president. Caras largas y sin ganas de hablar tras una intervención que valoraban así: "Es una falta de respeto no ya a la CUP sino hacia el movimiento independentista" decía Sergi Saladié.

El expresidente catalán, Artur Mas

Pero este no es el primer desencuentro entre Junts Pel Sí y la CUP. Su relación ha estado marcada por altibajos: de la euforia tras votar el 9N y escenificar su buena sintonía a descabalgar a Artur Mas de la Presidencia de la Generalitat.

 La diputada de la CUP, Anna Gabriel

La salida de Mas del Govern fue su primera crisis. La CUP se negó en rotundo a investirlo president y aunque Mas intentó ganarse sus simpatías, al final tuvo que echarse a un lado. Aprobar las cuentas de la Generalitat de 2016 costó más de un pleno. La CUP vetó los presupuestos, dejó en el aire el pacto con Junts Pel Sí y enfadó al President Puigdemont.

La diputada de la CUP Eulàlia Reguant

Otro de los tiras y aflojas en esta cuerda ya tensada ha sido el procés: las distintas visiones de cómo pilotar la estrategia independentista. Suspendida la independencia, la CUP exige al Govern para proclamar cuanto antes la república catalana e instan al president a tomar una decisión: la independencia y su reconciliación o la ruptura entre ambos.