Un comando de rebeldes hutíes de Yemen celebra la captura de un carro blindado enemigo. Lo manejaban mercenarios de la coalición saudí, pero se fabricó en España. El Gobierno vendió al menos 140 vehículos militares como estos a Arabia Saudí, pero algunos son utilizados en la guerra de Yemen.
Tras un combate a muerte, los hutíes exponen el arsenal enemigo. De nuevo hay armas de factura española. En concreto granadas Alhambra, capaces de aniquilar en un radio de diez metros y el lanzagranadas C-90.
Un grupo de ONG españolas considera inadmisible la presencia de armas nacionales en el conflicto yemení, que desde septiembre de 2014 se ha cobrado la vida de 6.700 personas. Por eso han lanzado la campaña 'Armas Bajo Control'. "No se pueden exportar armas para cometer atrocidades, va contra la ley internacional", explica Alberto Estévez, coordinador de 'Armas Bajo Control'.
Piden que se investigue cómo han llegado esas armas a Yemen y que se hagan públicos los resultados. Así como garantías de no reexportación o uso en terceros países. El Gobierno sólo ha incluido esas garantías en las exportaciones de 2015.
En base al armamento detectado en Yemen, queda claro que no se han respetado las cláusulas. Primando más el negocio que el respeto por los derechos humanos.