Hermanos, esposas, primos, incluso viejos amigos. El Tribunal de Cuentas, responsable de controlar el gasto de Administraciones públicas, partidos políticos y fundaciones, acoge en su interior a casi 100 familiares de altos cargos. Lo cuenta 'El País'.

De los 700 empleados que tiene en plantilla, el 14% tienen lazos familiares entre ellos. Y casi uno de cada diez son parientes de altos cargos y representantes sindicales.

"Yo acepto que pueda haber hermanos o familiares que estén contratados casulamente pero que valgan pero tantos es muy sospechoso y es coincidente con una política que se ha hecho en este país que es la del caciquismo, la del enchufismo la de las redes clientelares", afirma Alberto Garzón en 'Al Rojo Vivo'.

Veamos dos ejemplos. Javier Medina preside la sección de Fiscalización y en el Tribunal de Cuentas trabajan dos hermanos, su mujer y un pariente de su esposa.

O el expresidente del Comité de Empresa, de UGT, Julio Ronda. Además de su exesposa y su  hijo, también son empleados su actual mujer, su cuñada, dos sobrinos, su nuera y un amigo de la infancia.

Para CGT es, cuanto menos, llamativo: "Absolutamente vergonzoso y además hay que actuar contra ello y desde la CGT estudiamos la posibilidad de poner una demanada en la fiscalía Anticorrupción", asegura José Aranda, secretario de Acción Sindical de la CGT.

Desde el organismo insisten en que los puestos se consiguen por oposiciones abiertas. Pero algunas voces internas critican que los examinadores sean, en su mayoría, miembros del Tribunal de Cuentas. Algo que el presidente ya ha anunciado que "probablemente cambiará".