Tras recibir un aviso de los vecinos de la Barriada El Carmen de Puertollano, los voluntarios de Huellas de Puertollano, en Ciudad Real, se encontraron con Sean. Así comenzó uno de sus días "más horribles" desde que comenzaron a ayudar a los animales.

Sean es un perro que llegó a manos de la protectora en un estado "lamentable": en los huesos, lleno de heridas ya cicatrizadas y con una raja profunda en el cuello. A las lesiones físicas se suma el terror que padecía el animal.

El can llegó deshidratado y "esquelético" a la asociación y los voluntarios creen que podría haber sido usado como 'sparring' (utilizar a un perro más pequeño para entrenar psicológica y físicamente a otro perro que luchará en peleas).

Desde la protectora han creado un evento a fin de organizar y canalizar la ayuda que les vaya llegando para lograr que Sean "tenga la nueva vida que se merece".