El vídeo de la ejecución del periodista James Foley horrorizó a medio mundo. También a una profesora de catequesis estadounidense de 23 años. Quería entender el porqué de la barbarie, así que contactó con los yihadistas. La periodista Rukmini Callimachi conoce bien su caso.
"Encontró a Daesh en Twitter y empezó a hablar con ellos. Fueron extremadamente educados y amables. Contactaban constantemente con ella y le preguntaban cómo estaba", ha explicado la periodista.
Una actitud literalmente de manual. El que tenía Al Qaeda en Irak para reclutar adeptos. Una vez establecen contacto con el objetivo potencial la comunicación es constante, se interesan por la persona y la arropan. El perfil ideal son los más vulnerables, como la joven estadounidense.
"Es una joven que aún vive con su abuela, que no tiene trabajo estable. Se enfrentaba a una vida de pobreza en Estados Unidos y veía en Daesh una forma de salir adelante", ha confirmado Rukmini.
Por eso, llegó a considerar la oferta que le hicieron de casarse con un miembro del Daesh y viajar a Siria. Al final, la intervención de su familia lo ha impedido. Su caso es paradagmático. Una más de las jóvenes occidentales que son captadas por el grupo terrorista.
"Compran la idea de formar parte de algo grande, del proyecto del Califato", añade Rukimini. Les prometen el paraíso pero cuando llegan se encuentran un infierno. No pueden salir solas y están constantemente vigiladas por un hombre o por otras mujeres. Por eso casi ninguna consigue escapar y cuando lo intentan son ejecutadas.