La Guardia Civil ha incautado 23 aves rapaces, entre ellas dos águilas perdiceras, en una operación contra el comercio ilegal y el expolio de fauna en Baleares en la que ha inspeccionado 21 criaderos y zoológicos.
El instituto armado ha señalado en un comunicado que la investigación constituye una de las principales intervenciones de las especies autóctonas nacionales llevadas a cabo a nivel europeo. En la Operación Pihuelas, los agentes han intervenido 23 aves rapaces y un mono verde, e investiga a 8 personas como presuntos autores de delitos contra la flora, la fauna y los recursos naturales, además de falsedad documental.
La operación la han llevado a cabo agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) en el marco de la lucha contra el expolio en el medio natural de aves rapaces y huevos para su exportación o uso por criadores.
Tras identificar a los principales criadores y poseedores de rapaces de Baleares, los agentes comenzaron las inspecciones, muchas de ellas de forma simultánea, en las que ha contado con la colaboración de los inspectores de las Direcciones Territoriales de Comercio de Barcelona, Alicante y Valencia.
En Mallorca hubo inspecciones en centros de las localidades de Esporles, Algaida, Cala Murada, Felanitx y en el aeropuerto y puerto de Palma. Las inspecciones consisten en comprobar que las instalaciones para la cría de estas aves cumplen los requisitos y que cada ejemplar cuenta con la documentación que fija el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), que debe acompañar a cada ave rapaz a lo largo de su vida, así como que su anillado es correcto.
La Guardia Civil ha destacado una inspección efectuada en un núcleo zoológico de la comarca de Es Raiguer, donde hallaron gran número de rapaces y fueron intervenidas dos águilas perdiceras por supuesta falsedad del documento CITES de una de ellas, y manipulación de la anilla de la otra.
En este mismo centro también fueron intervenidas tres águilas reales y un mono verde por deficiencias en la documentación, así como dos pigargos de Steller. Además, se descubrió una plantación de 142 plantas de marihuana, que fue intervenida, y fue detenido el presunto autor de un delito contra la salud pública.
La Guardia Civil ha recordado que el águila perdicera o águila de Bonelli (Hieraaetus fasciatus), especie calificada como vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, se extinguió en Mallorca en los años 70. Desde 2010 se desarrolla un programa de reintroducción de este águila en la isla.
La incautación constituye la primera realizada de ejemplares adultos en España. Se trata de una especie muy demandada por su exclusividad, ya que no se cría en cautividad salvo en contadas ocasiones en algunos centros europeos. Cada ejemplar está valorado entre 9.000 y 15.000 euros, dependiendo de su sexo.
La operación se ha saldado con la incautación de 11 halcones peregrinos (Falco peregrinus), 2 águilas perdiceras, 3 águilas reales (Aquila chrysaetos), un azor (Accipiter gentilis), 4 cernícalos comunes (Falco tinnunculus), 2 pigargos de Steller (Haliaeetus pelagicus) y un mono verde (Chlorocebus aethiops).
El conjunto está valorado en más de 82.000 euros y todas las especies están catalogadas con el máximo nivel de protección. Entre 2013 y 2016 se habían intervenido en total en España 22 halcones peregrinos, 2 águilas reales y 10 azores, pero ningún águila perdicera, por lo que esta operación constituye una de las principales intervenciones de ejemplares de especies autóctonas nacionales a nivel europeo.