Un inmigrante lleva cuatro días lleva sin poder seguir su tratamiento contra el VIH. Llegó a España hace tres meses y ha hecho lo imposible para poder continuar con la medicación sin éxito. "A todos los centros a los que me he dirigido, nadie sabe de lo que está uno hablando", ha explicado.
De un sitio para otro, desde la aprobación del Real Decreto que restringue el acceso a la sanidad a inmigrantes, su espera no ha hecho más que aumentar. "Estuvimos casi medio día, diría que más ahí, y tampoco ninguna solución; me hicieron prácticamente una entrevista de trabajo y me preguntaron toda mi vida pero igual no hubo ninguna solución al respecto", cuenta el paciente.
Situaciones como esta son las que recoge el informe que han elaborado un grupo de médicos de GeSIDA. Uno de cada tres, tuvo problemas para atender a inmigrantes con VIH con consecuencias para su salud.
Antonio Pérez, miembro de GeSIDA ha contado que "han tenido dificultad para atender a los pacientes, a veces porque no los podían citar, a veces porque no les podían dar el tratamiento, a veces porque el seguimiento se hacía muy dificil, incluso en casos extremos esto ha llevado a que los pacientes hayan abandonado el seguimiento y el tratamiento".
Las organizaciones añaden además la desigualdad entre comunidades. En Andalucía, País Vasco y Cataluña, los inmigrantes acceden antes a los tratamientos aunque es gracias a la presión de las asociaciones.
Montse Pineda, de la Plataforma Unitaria ONGs-SIDA Cataluña denuncia que "nos encontramos que tenemos que ser las organizaciones que tenemos que hacer una lucha política y técnica para que las personas realmente puedan tener un acceso al tratamiento". Según las asociaciones cientos de personas viven la misma situación cada día.
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"Las cosas no se han hecho bien, ni se están haciendo bien", ha indicado esta madre del colegio Jaume I, de Paiporta. Protesta por el caos y desorganización en la gestión, así como por la ausencia de "caminos seguros" para asistir a ellos.