Un equipo de laSexta se sube a un autobús en pleno centro de Madrid. Es hora punta en la puerta de Alcalá. Al autobús le sigue una bicicleta y un automóvil en el que van otros reporteros.
Comienza la competición por la movilidad urbana entre bici, bus y coche. El recorrido de esta prueba son 3,9 kilómetros atravesando el centro de la capital, a las dos de la tarde. Cuesta abajo y aprovechando el hueco entre los coches, la bici adelanta al bus. El coche sufre el retraso del tráfico al no haber un carril preferente para evitar atascos. Entre parar y arrancar, el coche llega a la mitad del recorrido en último lugar.
Sólo nueve minutos tarda la bici en llegar al punto intermedio. Le sigue el bus con poco más de 14 minutos y después el coche, un minuto por detrás del transporte público. Al ciclista ya sólo le sigue su sombra, ha dejado muy lejos a sus dos rivales.
Mientras, el coche recupera ahora terreno respecto al bus. La densidad del tráfico ha bajado y puede aumentar la velocidad hasta los 50 kilómetros por hora permitidos. El autobús cumple con su obligación, haciendo paradas y esperando a que la gente suba.
Tras un cuarto de hora, la bicicleta afronta la recta final. Es el primer vehículo en llegar a la meta, con una gran diferencia. La bici llega en 16 minutos y 25 segundos, el coche termina 10 minutos más tarde y el bus, casi un minuto después. Pero la competición sólo termina en la meta para el pasajero. El ciclista tarda 43 segundos en aparcar su vehículo. El conductor lo tendrá más difícil.
El resultado final da una victoria aplastante a la bici con 17 minutos y 0 euros de coste. El bus queda en segunda posición con 28 minutos y 1,5 euros de coste. Mientras, el coche es el gran derrotado. A su tiempo final hay que sumarle la búsqueda de aparcamiento. Así, el coste también se dispara hasta los 2,5 euros entre gasolina y tasa de parquímetro. Queda claro que, en hora punta urbana, el automóvil es el vehículo más lento.