Sergi es uno de los jóvenes que vivió en el centro de menores de Ateca, Zaragoza. En Más Vale Tarde, cuenta que, nada más llegar, cinco personas se le tiraron encima y le retorcieron el brazo. "Las contenciones eran el pan de cada día", confiesa el joven.

En una de esas "contenciones", a una niña le rompieron un diente de un puñetazo: "A una niña le daba un ataque de ansiedad y le hacían una contención para que se callara la boca. Le rompieron un diente".

Es más, a otro de sus compañeros "le rompieron el brazo" durante otra de esas contenciones, el que, según Sergi, se trataba del método habitual en el que los trabajadores del centro se aplicaban contra los menores.