El ministro de Industria ha ordenado detener temporalmente las inyecciones de gas natural en la antigua plataforma petrolífera de la localidad de Vinaroz.
Este podría ser el motivo que se enconde tras los 220 microseísmos que se han registrado en sólo un mes en el litoral del Delta del Ebro. El más fuerte, el del pasado día 24, ha sido el mayor que se ha registrado desde 1975.
Estos microseísmos han generado alarma en la franja costera que va desde Alcanar, en Tarragona, hasta Peñíscola en la provincia de Castellón, donde vive una población de 75.000 personas.
La antigua plataforma petrolífera se encuentra a 20 kilómetros de Vinaròs, aunque como nos cuenta su alcalde, los seísmos no se han notado en la población.
Según el alcalde, la empresa nunca advirtió la posibilidad de que se generaran seísmos debido a las inyecciones de gas.
Este almacen de gas está dentro del proyecto Castor, aprobado en 2009 cuando la Secretaría de Estado de cambio climático afirmó que no crearía ningún impacto ambiental.
Un proyecto innovador que trata de aprovechar el hueco vacio dejado por el petroleo para inyectar gas. Una buena idea para los promotores, pero un error garrafal para muchas organizaciones.
La empresa, que ya ha inyectado 102 millones de metro cubicos de gas, investiga ahora si los seismos están causados por este proyecto. Lo que sí que esta claro, es que desde que se paró su actividad no se ha registrado ningún microseismo más.
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