Eduard Rodríguez-Farré, profesor del CSIC, experto en Toxicología y miembro del Comité Científico de Nuevos Riesgos para la Salud de la Unión Europea , participó en el ‘juicio de la colza’, un caso tan brutal que no se podría repetir actualmente. “Es muy difícil pensar que un brote de intoxicación aguda como el de los años 80 pudiese ocurrir en España porque los controles son mayores y hay más conocimiento en alimentación de lo que se puede hacer y de lo que no”.
El Comité Científico al que pertenece es independiente. A nivel europeo hay una agencia para la seguridad alimentaria. Si le presentan un estudio de que un producto es nocivo, no se retira del mercado “es un asesoramiento donde entran distintos factores políticos e industriales”.
La industria no va a hacer caso al estudio de los científicos porque “niegan que estos trabajos sean ciertos porque implican un gasto económico enorme”.
"Niegan que estos trabajos sean ciertos porque implican un gasto económico enorme"
“Hay productos que llevan 30 años en uso y que tienen evidencias que producen patologías que no se retiran”. Asegura que la industria no es mala, sólo que echa en falta “la aceptación de estudios científicos y que establezcan normativas que regulen estos aspectos”.
Eduardo pone el ejemplo de que la Comisión ha dicho que el principio de precaución estaba eliminando el desarrollo industrial y que en la situación actual es muy nefasto para la Industria. Que se estaba aplicando en exceso.
Actualmente el bisfenol A no está prohibido, pero que en 30 años descubrirán lo malo que es. Podría generar un problema de desarrollo, por eso se prohibió en EEUU en las tetinas de los biberones. “Acabará prohibiéndose”.