Allí sentada, escuchando a su padre narrar el largo viaje de vuelta a casa del marinero Ulises, una niña llamada Irene Vallejo tuvo una revelación, pero no la contaremos ahora porque sería adelantarnos en el tiempo y porque en realidad su historia, sin ella saberlo, comenzó cientos de años atrás.
Al principio todo era oscuridad
Esta historia comenzó con la palabra, primero la oral, que de mayores a jóvenes mantenía vivas las historias y costumbres de la tribu. Le siguió la palabra escrita, con la que llegó la Historia. Dice Irene Vallejo, ahora adulta, que "la invención de la escritura y del alfabeto son dos de los mayores saltos que ha experimentado la humanidad, un Big Bang cultural con el que comenzó la Historia y se aceleró el progreso". Gracias a la escritura la humanidad ya no tuvo que depender de su memoria, porque "si no puedes recordar lo ya descubierto", dice Vallejo, "tienes que empezar de cero".
"La invención de la escritura y del alfabeto son los mayores saltos que ha experimentado la humanidad"
«Somos los únicos animales que fabulan, que ahuyentan la oscuridad con cuentos, que gracias a los relatos aprenden a convivir con el caos, que avivan los rescoldos de las hogueras con el aire de sus palabras, que recorren largas distancias para llevar sus historias a los extraños. Y cuando compartimos los mismos relatos, dejamos de ser extraños». Este es uno de los párrafos más conmovedores de 'El infinito en un junco' (Siruela, 2019), uno de los que puede resumir mejor todo esto de lo que estamos hablando.
Contar para aprender
Por eso a la palabra escrita le rinde homenaje Irene Vallejo en 'El infinito en un junco', un libro sobre la historia de los libros, un ensayo atípico, no le tengan miedo, en el que la ficción sirve de hilo conductor de la información. ¿Dónde empieza la lección, la tesis, lo que nos quiere enseñar la autora? Se preguntarán al adentrarse en sus páginas. Pues en el mismo momento en el que empiezan a leer, porque su autora ha aprendido dando clases que sus alumnos retenían mucho mejor la información cuando esta estaba disfrazada de cuento. No es nuevo, si no ¿por qué se creen que se inventaron algunos cuentos? Muchos no son más que lecciones para niños: no desobedezcas a tus padres, que te come la bruja; no desobedezcas a tu madre ni hables con extraños, que te come el lobo; no seas soberbio o acabarás mal.
Vallejo nos llevará de la antigua Roma hasta nuestros días
Y así es cómo, poco a poco, Vallejo nos va llevando desde la antigua Roma, esa a la que por lo visto nos parecemos mucho más de lo que creemos, hasta nuestros días. Comienza el viaje en la biblioteca de Alejandría, no la primera pero sí la más importante del mundo antiguo, un invento que ahora nos parece obvio, pero la autora quiere que nos pongamos en contexto e imaginemos cómo de revolucionaria era la idea de recopilar en un solo edificio toda la cultura mundial, incluso traducida. Una revolución, según Irene Vallejo, que le sirvió a Alejandro Magno para "ganar en lo cultural lo que no consiguió en lo político". Fue el internet antes de la invención de internet.
Ulises va volando por las galaxias
Allí sentada, viendo las andanzas del cosmonauta Ulises en su largo viaje de vuelta a casa, su padre le preguntó si sabía que ese al que veía en televisión y se hacía llamar Ulises 31 no era el auténtico. Sin él pretenderlo, la vida de Irene Vallejo estaba a punto de cambiar para siempre.
Entonces su padre comenzó a contarle un cuento que tuvo lugar cientos de años atrás, antes de que los dioses se aburrieran de nosotros y se encerraran en el Olimpo, cuando pagaban sus frustraciones con los humanos, a los que manejaban como marionetas en la cuerda, un tiempo repleto de guerras, conquistas y magia, en el que hubo un hombre que destacó por encima de los demás. Así que Irene comenzó a escuchar cada tarde de boca de su padre la 'Odisea', la historia del marinero Ulises y su empeño en volver a casa, repitiendo así, sin ella saberlo, el mismo ritual que durante años celebraron mayores y jóvenes para transmitirse de unos a otros de forma oral aquellas aventuras, la historia que después dejó escrita Homero. Dice Irene Vallejo que en ese momento decidió que quería estudiar Letras Clásicas.
La sensación editorial de la temporada
Lo consiguió y hace unos años quiso rendir homenaje a todos esos libros con 'El infinito en un junco', un ensayo que comenzó como un proyecto personal, sin ninguna editorial detrás, que luego le llevó un año pulir y que se ha convertido en la sensación editorial de la temporada. Recién sacada la décima edición, este libro está a punto de ser traducido a veintidós idiomas y ya ha recibido el premio Ojo Crítico de Narrativa y el premio Las Librerías Recomiendan de 2020. Y no, nada de esto pensaba que le pasaría a ella. "He obtenido mucho más de lo que quería, jamás imaginé que llegaría a tanta gente", responde.
Llegados a este punto se habrán imaginado qué libro elegiría Irene Vallejo si solo tuviera la posibilidad de salvar uno, solo uno. "La 'Odisea', obviamente", sentencia. "¿Puedes hacerte una idea del esfuerzo que han tenido que hacer tantas personas a lo largo de la historia para que este libro haya llegado a nosotros?".