La rata topo desnuda es, para la biología, lo más cercano a un ser inmortal. Puede sobrevivir sin oxígeno varios minutos, no desarrolla ninguna enfermedad y no envejece. Su metabolismo trae de cabeza a los científicos, según el catedrático de Paleontología Juan Luis Arsuaga. "Los científicos se han abalanzado sobre esa especie, ¿qué le pasa?, ¿cómo lo hacen? En realidad, la pregunta no es cómo lo hacen para mantenerse joven, sino ¿por qué no envejecen?".
Un posible reloj biológico para cada especie
La ciencia investiga el secreto da eterna juventud en el mundo animal para entender por qué una mosca no vive más de 30 días y un elefante puede alcanzar los 90 años. O por qué, en cambio, el pulpo tiene una vida tan corta y muere después de reproducirse.
Saber si existe un reloj biológico para cada especie puede ayudarnos a entender nuestra muerte. "Cuando uno muere, aunque muera a una edad a la que se suele morir la gente, la gente se pregunta si bebía o si fumaba porque lo que se cree es que 'algo habrá hecho para morir'", cuenta el escritor y periodista Juan José Millás.
¿Por qué aparecen las enfermedades crónicas?
Pero en realidad poco podemos hacer porque nuestra especie está programada para empezar a morir a partir de los 50, cundo aparecen las enfermedades crónicas. ¿Por qué? Se preguntan Arsuaga y Millás en 'La muerte contada por un sapiens a un neandertal', un libro que aborda, sobre todo, el fin de la vida.
Para el paleontólogo madrileño, la muerte es igual para todos. "Antes había muchos tipos de muerte. Se podía estar en el infierno, en el purgatorio, en el cielo o, incluso, en el limbo... pero ahora, ya solo hay una forma de muerte que es muerto". Juan José Millás, sin embargo, sostiene que la muerte no existe. Argumenta que el ser humano, cuando muere, en realidad cambia de estado, "se transforma".
La medusa inmortal, una especie increíble
La transformación es la clave de la inmortalidad para un tipo de medusas que solo mueren cuando son presas de sus depredadores. Nacen, se reproducen y una vez adultas, vuelven a su estado original de pólipo. Tienen un proceso celular único que permite realizar este ciclo de manera indefinida.
Después de tratar la muerte y de crear un género literario propio, Millas y Arsuaga ya piensan en cómo abordar otro misterio: el de la conciencia.