NoViolet Bulawayo apenas era una niña cuando su país, Zimbabue, sufrió una de las mayores masacres de su historia. "Era pequeña, pero sabía que algo trágico y violento estaba sucediendo en nuestras comunidades", recuerda. "La palabra Gukurahundi estaba muy presente en nuestra vida".
Sucedió a principios de los 80, tras la independencia de Gran Bretaña. El Gukurahundi fue una operación llevada a cabo por el Ejército Nacional. Se estima que más de 20.000 personas fueron asesinadas, sospechosas de representar un peligro para el nuevo gobierno. "La gente estaba traumatizada. Había gente que había sido violada, abusada. Muchos desaparecieron de nuestras vidas. No había palabras ni voluntad para hablar de la situación", dice Bulawayo.
"De pequeña sabía que algo trágico y violento estaba sucediendo en nuestras comunidades"
Acababa de llegar al poder Robert Mugabe, el héroe anticolonialista convertido en dictador. Hicieron falta 37 años y un golpe de estado para sacarlo del poder. En su caída se inspira Gloria, la segunda novela de la autora zimbabuense.
De la esperanza a la dictadura
"¿Qué hacemos cuando un líder que se niega a marcharse es obligado a hacerlo?", se pregunta Bulawayo. "Observé el golpe de 2017 y vi que mucha gente atravesaba las mismas emociones. En ese momento, la gente apoya el golpe de Estado porque ya han intentado todo lo posible por deshacerse del tirano y han fracasado. Sienten que no les queda otra que sumarse al barco del golpe con la esperanza de que les lleve a un lugar mejor", reflexiona.
"En 2017, a la gente no le queda otra que apoyar el golpe de Estado"
Pero la esperanza por un cambio de rumbo se esfumó rápidamente. El actual presidente, Emmerson Mnangagwa, recién elegido en unas elecciones repletas de irregularidades, no ha dudado en usar la violencia contra los opositores, y se ha visto envuelto en casos de corrupción. "Nos enfrentamos a un fracaso de liderazgo por culpa de una élites movidas por el interés propio. El régimen actual es incapaz de organizar unas elecciones libres y justas", afirma NoViolet Bulawayo, que, a pesar de todo, es optimista. "Aunque fueran unas elecciones fraudulentas, se ha visto hasta qué nivel la gente rechazó el resultado. El espíritu de la resistencia sigue muy vivo".
Escribir para la resistencia
Con Gloria, NoViolet Bulawayo denuncia la situación de su país a través de una sátira que, como la Rebelión de la granja de Orwell, utiliza animales para burlarse y ridiculizar tanto a Mugabe como a Emmerson Mnangagwa. "Para mí era importante reducir la tiranía a un chiste. Escribo para la resistencia, y cuando la gente es capaz de reírse de los tiranos se vuelve más fácil criticarlos y hacerles rendir cuentas".
Y, en su caso, lo hace sin miedo a las consecuencias. "Soy consciente de que al gobierno no le apasiona mi trabajo, pero no me preocupa", afirma. "Parafraseando a Toni Morrison: 'No hay lugar para la autocompasión, no hay necesidad de silencio. Hablamos, escribimos, hacemos lenguaje. Así es como las civilizaciones sanan'. Si guardo silencio no voy a ayudar en nada a resolver esta situación".
Una situación que atraviesa toda África y que, dice, tendrá que ser resuelta por los propios africanos. "Que Occidente tienda una mano perpetúa el paradigma problemático de infantilizar África", piensa Bulawayo. "África tiene que forjar su propio destino y resolver sus propios problemas".