El 18 de mayo de 1968 la facultad de Económicas de la Universidad de Complutense de Madrid se llenó de jóvenes con hambre de cambiar el mundo. Mientras coreaban al unísono ‘Al vent’ de Raimon, creyeron que lo conseguirían.
Cuando George Harrison compuso aquella preciosidad tan sencilla como es ‘Here comes the sun’ no creo que se imaginara que años después sonaría en tantas bodas mientras la novia se aproxima al altar. No sé si son tantas bodas, pero sí ha sonado en dos de las últimas a las que he ido.
Hay canciones que se convierten en himnos colectivos, otras en himnos que cada uno asocia a un momento de su vida. A mí Rayden me salvó la vida con uno de sus temas, ‘Haz de luz’. Literalmente. Pasaba una de las peores épocas de mi vida y escuchar esa canción en el metro aquella mañana me hizo creer que el mundo merecía una segunda oportunidad.
Un crío cerrado
Tuve la oportunidad de contárselo a él en persona. Se lo dije antes de la entrevista porque si espero de mi entrevistado que se abra en canal conmigo, lo justo sería que yo también lo hiciera. Nos sonreímos, nos dimos un abrazo y comenzamos a hablar de su carrera.
Me sorprende encontrarme con un tipo tímido, que se agarra compulsivamente los anillos mientras habla o piensa lo que va a decir. Nada que ver con Rayden, ese rapero seguro de sí mismo, algo chulo, que se come los escenarios. Por lo visto ya venía así de niño, "tan cerrado", dice, "que la poesía le sirvió para sacar lo que tenía dentro".
"¿Y por qué no?"
Y vaya si que tenía dentro cosas que contar, aunque nos comenta que no era la música su primera opción. Él quería ser profesor de Educación Física, pero con sus amigos de Alcalá de Henares fantaseó con la idea de montar un grupo, lo hicieron, se presentó a las batallas de gallos "porque por qué no", ganó, se lo montó en solitario y ahora llena estadios.
Y en parte se lo debe a la película ‘American Beauty’, en la que el personaje interpretado por Kevin Sapcey manda su trabajo estable y bien pagado a la mierda para perseguir la felicidad. "Soy el flipao que vio ‘American Beauty’ y dijo "¿por qué no?", se ríe.
Ahora ni rapero ni rockero ni popero y, sin embargo, lo es todo a la vez. "Todo el mundo me echa de su nicho", dice Rayden, "y yo me siento cómodo en el mío propio".
Ñoño y a mucha honra
Saca tiempo para publicar otro libro lleno de poemas de amor escritos por alguien que hoy llamaríamos "hombre deconstruido", que ha perdido el miedo, terapia mediante, a decir lo ñoño que es. "Ahora lo digo puño en alto, que soy vulnerable, y no lo enmascaro con nada".
En la mesa de 'El 2D', en la Plaza del Dos de Mayo (que suena en alguna de sus canciones) donde nos hemos encontrado, está 'Amoratado', la última creación de este perfeccionista que ha tenido que aprender a serlo menos gracias al consejo de su guitarrista: "¿Puedo vivir con ello? Si puedo vivir con ello puedo lanzarlo al mundo". Que siga lanzando, que aquí se lo recogemos.