Editorial: Astiberri
Año de publicación original: 2023
Un agujero. A su lado pasa una lagartija. El plano se va abriendo y el agujero da paso a otros muchos. Son las marcas de la muerte. Balazos disparados por fusiles franquistas.
La Guerra Civil ya terminó pero acaba de llegar una nueva remesa de sentenciados. Muchos de ellos, lo único malo que han hecho es tener una ideología. No estuvieron en el frente. Nunca apretaron un gatillo.
Lo peor de todo es que son vidas a las que se les va a negar hasta el derecho de ser enterradas con dignidad
Pero son represaliados igualmente y sus vidas van a dejar de ser. Nunca volverán a abrazar a sus hijos, ni a sus mujeres. Su existencia se parará en seco por el revanchismo y la venganza. Por una gente convencida de que una idea vale más que otra.
Y lo peor de todo, son vidas a las que se les va a negar hasta el derecho de ser enterradas con dignidad. Como reses hacinadas tras sufrir una enfermedad contagiosa, pasarán la eternidad en una fosa. Sin que les lloren, sin piedad, sin paz.
Una deuda de hace muchos años
Que nuestro país tiene una deuda histórica con su pasado reciente es un hecho. Y que se ha intentado subsanar con resultados muy dispares, también. Pero aquí no estamos para juzgar gobiernos ni personas. Hemos venido a contaros lo devastador que resulta navegar por las 295 páginas de El abismo del olvido, la novela gráfica dibujada por el maestro Paco Roca y guionizada por el periodista Rodrigo Terrasa.
Lo vamos a decir sin paños calientes. Es una obra que deberíamos leer cada española y español que pululamos por este país tan lleno de cicatrices. Y de todas las que tenemos, puede que esta sea una de las peores. Es de las que más pus todavía, tras más de 80 años, sigue supurando.
Es una obra que deberíamos leer cada española y español que pululamos por este país tan lleno de cicatrices
Aquí no importa el bando o el color que tengamos cada uno, porque sí, por desgracia, siguen existiendo. El color debería dar igual porque todos tenemos muertos. Los sublevados también los tuvieron en las cunetas. Fueron muchos menos pero los hubo y tampoco estuvo bien. Este cómic también lo cuenta. Pero el régimen de Franco dio la oportunidad para llorar a esos muertos, sacarlos de sus fosas, homenajearlos, cerrar la herida y seguir hacia adelante.
Los que perdieron la guerra no tuvieron oportunidad de llorar a nadie hasta hace muy poco. Dice este cómic que un alma solo se pierde para siempre si se olvidan de ella. Y, precisamente, lo que Roca y Terrasa hacen es dejar, para siempre, un relato que será imposible de olvidar. Porque solo si se está desprovisto de toda humanidad puedes pasar ante esta novela gráfica y no leerla con el corazón encogido.
'El abismo del olvido' se focaliza en el cementerio de Paterna (Valencia)
Cogiendo como base varias historias reales, El abismo del olvido se focaliza en el cementerio de Paterna (Valencia), uno de los lugares donde hay localizadas más fosas comunes de toda España. Existieron 135 que albergaron más de 2.200 cadáveres provenientes de todo nuestro territorio.
Pasado y presente
Los autores mezclan dos líneas narrativas. Una actual y otra anclada en aquellos años del principio de la posguerra. La lucha de ahora, la de los familiares de aquellos represaliados que quedan vivos y que llevan toda su vida intentando otorgarles la paz que se les negó, por un lado.
Por el otro, viajamos a principios de 1940 donde viviremos con todo detalle y crudeza la angustia de aquellas familias que tras acabar la Guerra Civil tuvieron que soportar un final injusto, desolador y terrible. Tanto para los fusilados como para los que se quedaron soportando el insondable dolor de la pérdida.
Tarde, muy tarde
Para algunos de ellos, ha habido un final. No diremos feliz, pero sí un final por fin. Hijas o sobrinas que eran pequeñas hace muchas décadas y que ahora, al final de su largo camino, por fin pueden hacer realidad el deseo de sus madres o tías: dar un entierro digno a los restos de sus familiares. Pero para otros, este final llega demasiado tarde.
Todas las historias que están en esta historia importan. No solo por el valor histórico, sino por cómo se nos cuentan
O sus restos están demasiado deteriorados para ser identificados o, todavía peor, ya no tienen a nadie que pueda reclamarlos. Vuelven de nuevo al olvido del que salieron. Todas estas historias están en en esta novela gráfica. Y todas importan. Ya no por el valor histórico de lo que se nos cuenta sino también por cómo se nos cuenta.
Las páginas van cayendo, las viñetas desfilando y tanto el fino trazo de Paco Roca como el pulso narrativo de Rodrigo Terrasa se apoderan de ti y no te sueltan. Hasta que te das cuenta de lo arrugado que está tu corazón por lo que estás presenciando. A eso se le llama empatía. Ponerse en lugar del otro y llegar a sentir siquiera una décima parte de lo que ellos sintieron. Hace mucho que ya no debería haber bandos. Ya está bien. No es "dejar el pasado en paz" o "no revolver". Es hacer justicia.