Alessandro Baricco
Traductor: Xavier González Rovira
Editorial: Anagrama
Año de publicación original: 2024
Por César González Antón
Abra su Spotify y busque 'Fanfarria para el hombre corriente', la composición de Aaron Copland. Deje que suene esa percusión fuerte en las primeras notas que dan paso al viento de metales y viaje de golpe al lejano oeste y a sus amplios horizontes. Con esa música de fondo, sitúese en un lugar que invita a cabalgar, pensar, disparar, tratar de buscar algún sentido a la vida, amar a mujeres infinitas y leer.
Este es el escenario perfecto para adentrarse en Abel, una novela que se despliega como un wéstern filosófico y profundo.
El sheriff Abel Crow se ha convertido en una leyenda gracias a sus habilidades excepcionales como tirador, destacando su disparo preferido: "el Místico", en el que utiliza ambas manos para descerrajar un tiro doble y cruzado sobre blancos distintos. Sin embargo, su destreza no es más que una anécdota en un viaje espiritual que desafía la lógica convencional de causa y efecto.
El wéstern como metáfora
Abel es, en esencia, una demostración más de la incansable innovación de Alessandro Baricco, el popular autor de Seda. En esta, su decimotercera obra, el escritor italiano nos lleva a un universo donde el lenguaje es un protagonista más, un verbo fluido, afilado, y casi poético que toca lo onírico y lo lisérgico. Sus páginas te sumergen en una experiencia sensorial, en un buen colocón literario.
Una de las marcas distintivas de Baricco en Abel es su habilidad para jugar con los personajes que, a su vez, reflejan paradigmas de aprendizaje y conocimiento. Uno de ellos nos anima a desaprender para encontrar conocimiento en el otro lado de las cosas; una idea que Baricco parece hacer suya al deconstruir narrativas y estructuras convencionales en su obra.
Baricco reimagina el wéstern, desplaza la noción de frontera, llevándola del ámbito físico al terreno metafísico
Baricco, en esta novela que reimagina el wéstern, desplaza la noción de frontera, llevándola del ámbito físico al terreno metafísico, explorando los límites entre lo visible e invisible, entre la vida y la muerte. La estructura del relato se presenta como un rompecabezas no lineal, donde cada uno de los veintisiete capítulos, o cantos, ofrece una pieza que contribuye a una imagen caleidoscópica de Abel Crow y su aprendizaje.
A pesar de situarse en un paisaje familiar del género, con praderas interminables, salones, prostíbulos y aldeas indígenas, estos espacios se convierten en reverberaciones de una unidad más profunda del universo, recordándonos que todos formamos parte de un único aliento que trasciende el tiempo y el espacio.
El lado femenino de 'Abel'
En la novela el amor entra rotundo y completo, con paso firme, concretado en la figura de Hallelujah, un amor omnipresente y complejo. Una mujer cautivadora, sugestiva, y en muchos aspectos inalcanzable, con sus manos pequeñas y labios orientales, una mujer infinita que jamás abandona la mente de quien la ama, una mujer dentro de la que vive una niña con una historia muy vieja.
Es uno de los tres poderosos personajes femeninos que habitan en la novela, junto con las insondables madre y hermana de Abel Crow. Es una lástima que la voz del autor no hubiera saltado de la mente del protagonista a alguna de ellas, para así profundizar en los pensamientos de estas tres poderosas mujeres.
Una ficción rica en simbolismo
Baricco no solo juega con el contenido, también lo hace con la forma de la narrativa, explorando y retorciendo el uso del lenguaje. En Abel rompe las reglas convencionales, omitiendo incluso los guiones en los diálogos. Lo que al principio es un obstáculo para el lector, pronto se revela como una razón detrás de la sonoridad poética del texto, una apuesta literaria que privilegia la esencia más pura del lenguaje sobre las reglas tradicionales.
A través de una ficción rica en simbolismo, Baricco nos empuja a considerar la posibilidad de que la vida fluye en direcciones inesperadas. Es una invitación a encontrar nuestro propio relato, no de forma lineal o predecible, sino permitiendo que nos encuentre como un huracán que irrumpe en nuestro camino.
La verdadera magia de la vida y la literatura reside en la capacidad de dejarnos sorprender
Recordando que la verdadera magia de la vida y la literatura reside en la capacidad de dejarnos sorprender, de acogernos a la incertidumbre y disfrutar del caos que nos impulsa a apreciar el presente en toda su complejidad.
Abel nos desafía a abandonar lo conocido para embarcarnos en un viaje introspectivo donde cada página y cada pensamiento se unen en un flujo continuo de experiencias, llevando al lector a un estado meditativo en el que el tiempo y el espacio se difuminan, revelando así el verdadero propósito de la existencia y el arte.
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