Amberes - Roberto Bolaño
"La única escena posible es la del tipo que corre por el sendero del bosque. Alguien parpadea un dormitorio azul. Ahora tiene ventisiete años y sube a un autobús. Fuma, lleva el pelo corto, bluejeans, camiseta oscura, chaqueta con capucha, botas, lentes de comisario político".
Roberto Bolaño
Editorial: Alfaguara
Año: 2002
Sinopsis: Alguien proyecta una película experimental en medio de un bosque, donde un enano y una pelirroja protagonizan escenas aparentemente inconexas. El guarda de un camping en la costa catalana pasea por un lugar vacío a finales de un largo otoño. Un policía persigue las huellas de nadie sabe quién cerca de ese camping.
Personajes esporádicos que solo duran una página, a veces ni eso. Frases sueltas, retorcidas. Ideas, siquiera imágenes, fotogramas, como fogonazos, que se cuelan en la memoria del libro para hacerlo avanzar, aunque a veces no se distingue el camino y nadie sabe si en realidad leer es tirar hacia adelante o retroceder por lo avanzado.
'Amberes' es un rompecabezas formado por piezas que provienen de diferentes imágenes. Y sin embargo, al terminar de leerlo, en el ánimo del lector queda una historia, diferente para cada cual, pero definida por nuestros propios argumentos.
Por qué recomendamos 'Amberes', de Roberto Bolaño
Porque 'Amberes' le da la vuelta a la novela, la sacude y, con todas las frases esparcidas sobre la mesa, las recoge cuidadosamente, las ordena de otra manera y las aplica en las páginas desnudas de la literatura moderna.
Y porque, a veces, hay que escapar de convencionalismos y acercarse a la parte más oscura de la literatura para ver qué se cuece por allá. Y eso que 'Amberes' poco tiene de moderno, porque esta novela que Bolaño se decidió a publicar en 2002, un año antes de morir, la escribió en realidad mucho antes, allá por 1980, cuando Bolaño era un joven rebelde, que odiaba la literatura convencional (aunque en realidad lo odiaba prácticamente todo), recién llegado a Europa, con más sueños que certezas y que estuvo corrigiendo durante años sin entender muy bien qué hacer con ella.
Afortunadamente, la dejó escapar y se la ofreció a todos sus lectores. Muchos, amantes de su prosa, salen rebotados en las primeras páginas de este librito. Pero quien consigue pasar por entre sus cuerdas tensas y ásperas, disfruta del mismo modo que el que se deja llevar por alguna droga dura, captando en los silencios y las palabras no escritas la solución perfecta a todas las preguntas que jamás nadie pronunció.