El camello Alberto
Editorial: Baobab - Destino infantil y juvenil
Año de publicación original: 2023
El camello Alberto descansa plácidamente subido en la rama de una palmera cuando ve pasar una caravana de congéneres dispuestos a cruzar el desierto, todos en fila. Pero cuando decide unirse a ellos, ellos le rechazan y le llaman bicho raro. Alberto no entiende muy bien qué ha pasado. ¿No es él también un camello? ¿No tiene cuatro patas y una cola como todos?
Alberto no se da cuenta de que sus tres jorobas incomodan al resto de. Hacen que destaque, llaman la atención. Pero él no se da cuenta de esto. Mira a su alrededor y ve que hay cactus, flores, escorpiones, cocodrilos... Todos son diferentes y todos viven tranquilos y felices. ¿Cuál es problema?
Ser el diferente
Pero el problema no lo tiene él. El problema es lo que nos cuesta aceptar la diversidad y ser conscientes de que nuestras similitudes nos unen más de lo que nos separan nuestras diferencias. Para eso sirve este cuento ilustrado de Gusti. Una historia que los más pequeños devorarán con facilidad (Alberto es realmente carismático), y que conseguirá que ellos asuman que el diferente es realmente parecido a nosotros.
La historia recuerda al clásico de la literatura infantil Elmer, el elefante multicolor, de David McKee, todo un clásico e la literatura infantil. Aquella historia en la que un elefante cuya piel estaba pintada de infinitos colores se disfrazaba de elefante normal para asustar a sus colegas de manada.
Allí, el diferente captaba tanto la atención que el resto de elefantes terminaban por disfrazarse de Elmer, pintando colores sobre sus grises pieles, para celebrar la diversidad. En El camello Alberto al diferente se le rechaza en principio. Una reacción muy habitual en nuestra sociedad. Pero poco a poco todos los camellos descubren que, bien mirados, todos son diferentes. Y que, por tanto, todos tendrían motivos para ser rechazados.
Un ilustrador comprometido
Gusti es el nombre artístico de Gustavo Ariel Rosemffet, un ilustrador argentino que lleva cerca de 40 años instalado en Europa. Primero en París y ahora en Barcelona. Desde allí ha ilustrado libros infantiles y juveniles que se han publicado en más de 20 países e incluso ha trabajado en series de Hanna Barbera.
Pero además, su lucha por una sociedad más inclusiva va más allá de su obra, pues es fundador de la asociación sin ánimo de lucro Window-La Ventana que busca ese objetivo a través de las artes plásticas. Así, Gusti ha organizado talleres destinados a personas con discapacidad e incluso ha colaborado en proyectos formativos con comunidades indígenas de varios países de América Latina.
En 1991 Gusti fue reconocido con el premio Lazarillo de Ilustración, entregado por el Ministerio de Cultura de España. Es uno de los muchos galardones que ha cosechado en su extensa carrera.