Yan Lianke

Traducción: Belén Cuadra Mora

Editorial: Automática

Año de publicación original: 2001

"Cuando muera y descanse, repasaré mi vida: mis palabras, mis actos, mi postura al andar y la revelación de aquel amor que acabó como mierda de perro y heces de gallina". La primera frase deDuro como el agua, brillante, deja la sensación de estar ante una gran novela, una obra especial.

Tras el primer impacto, las siguientes líneas sorprenden por su lirismo, por una asombrosa fluidez (fruto, también, de una impecable traducción de Belén Cuadra Mora) y por unos diálogos con finos toques de humor.

Pero la sorpresa es doble cuando descubres que Yan Lianke no pretendía que sus protagonistas sonaran graciosos, que la realidad en China, en los años 60, era así: completamente absurda. Una realidad intoxicada por la ideologización de la sociedad.

Amor (y terror) entre eslóganes

Publicada hace más de 20 años, en un momento de mayor apertura en China (ahora está prohibido reeditarse), Lianke presenta una historia de amor adúltero entre dos jóvenes: Gao Aijun, un soldado que acaba de abandonar el Ejército, y Xia Hongmei, una chica de ciudad con la que se cruza en una parada de tren.

En esta historia de amor adúltero, la pasión amorosa se mezcla con el fervor revolucionar

La ardiente pasión amorosa se mezcla con el fervor revolucionario, y ambos, cegados por la ambición, se unen para redactar panfletos, eslóganes y difundir la palabra de Mao Zedong. Algo sabe del tema el propio autor, que trabajó en el Ejército durante 26 años, precisamente, elaborando discursos propagandísticos.

Pero la realidad está lejos de ser como los protagonistas creen. La llamada Revolución Cultural planteada por el líder chino (1966-1976) resultó ser uno de los periodos más oscuros de la historia del país. Una década dominada por el terror y la crueldad. "¿Quiénes eran enemigos y quiénes amigos?", se pregunta en un momento dado Gao Aijun, víctima de una locura obsesiva revolucionaria. "La única forma de enfrentarse a ellos es movilizar a las masas para que, cuando en mitad de la calle aparezca una rata, todo el mundo grite e intente apalearla".

El lenguaje de la revolución

Sin embargo, el tema central de estas casi 500 páginas vibrantes es otro: el lenguaje y el control que se ejerce a través de él. Cómo la palabra puede moldear una sociedad y unificar el pensamiento.

El tema central es en lenguaje y cómo la palabra puede moldear una sociedad

La obra está marcada por multitud de frases en cursiva, todas ellas son fragmentos reales de óperas revolucionarias, canciones de la época y citas de Mao Zedong que la traductora contextualiza en notas a pie de página. Las cursivas se incorporan a los diálogos de los personajes, a sus discursos, creando en ocasiones esa sensación de absurdidad comentada al principio.

Con esta ya son siete las novelas que Automática Editorial ha traducido de Yan Lianke. Una nueva oportunidad para descubrir a un autor que cada año suena con fuerza para ganar el Premio Nobel de Literatura.

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