Santiago Mazarro

Editorial: Pàmies

Año de publicación original: 2024

Si no fuera por la recomendación de un compañero de trabajo, tal vez nunca hubiera descubierto a Santiago Mazarro.

Era 2020 cuando un desconocido chaval madrileño (entonces tenía 28 años) publicaba una gran novela: Senderos salvajes, una aventura que rescata la historia de Manuel Lisa, uno de los grandes comerciantes y exploradores del siglo XIX.

En cuatro años, 'Senderos salvajes', la primera novela de Mazarro, ha alcanzado cinco ediciones

Pronto llegaría el reconocimiento de los que entienden del género: primero fue finalista del Certamen de Novela Histórica de Úbeda, después ganó el Premio Hislibris a mejor autor novel y, cuatro años después, los lectores han premiado su ópera prima, por el momento, con cinco ediciones.

Entretanto vino El fuerte de la Florida, una sólida segunda novela con la que confirmaba que lo suyo no fue un golpe de suerte. Y ahora, Mazarro vuelve a las librerías con Los muertos de Río Grande, un entretenidísimo wéstern policíaco con toques de thriller... y una bonita sorpresa para los lectores de Senderos salvajes.

Misterio en el lejano Oeste

Estamos en 1820, en Santa Fe, capital de la provincia de Nuevo México. Las dos hijas de una importante familia han sido brutalmente asesinadas. Ante la incapacidad de las autoridades por resolver el caso (inspirado, por cierto, en uno real), el gobernador recurre a los servicios de Leandro Cuervo, un soldado veterano de las guerras comanches, y Juan Orviz, recién llegado de España.

Santiago Mazarro ha escrito un 'whodunit' que mantiene la esencia de sus anteriores novelas históricas

Ambos, tan distintos, representan uno de los puntos fuertes de una apasionante historia que se construye a fuego lento. Pero los investigadores no solo se enfrentarán a un caso macabro, también tendrán que sobrevivir a una tierra hostil mientras se desvela su pasado. Porque Cuervo y Orviz esconden secretos que poco a poco se irán desvelando y entrelazando con la trama principal.

Personajes ficticios y reales pululan por mercados, capillas, cárceles, ranchos y tabernas, lugares, algunos de ellos, todavía visitables. Con Los muertos de Río Grande, Mazarro ha querido escribir un clásico whodunit. Y no solo lo ha conseguido con creces, sino que ha sabido mantener, además, la esencia de sus anteriores novelas.

Tierra de supersticiones

Si algo saber hacer el escritor madrileño es basar sus libros en una sólida documentación y en una impecable recreación de la época.

Aunque la investigación nos arrastra a lo largo de 400 páginas, de fondo hay un interesante contexto: la guerra por la independencia de México y la situación de España, recién sacudida por la revolución liberal que puso fin al absolutismo de Fernando VII.

Un contexto histórico bañado en leyendas que aportan un toque especial a la novela. "La curiosa mezcla entre creencias nativas y liturgia cristiana ha hecho de Nuevo México una tierra única en el mundo", se dice Leandro Cuervo. "Un lugar abandonado y mísero en el que la superstición vence siempre a la razón".

"Nuevo México es lugar abandonado y mísero en el que la superstición vence siempre a la razón"

En este pedazo de polvo y arena todos los males se achacan al diablo o a espíritus vengativos como La llorona, la "mujer india que, mientras trataba de proteger a sus hijos de la cólera de su marido, los terminó ahogando en las oscuras aguas de Río Grande".

Leyendas e historia se mezclan en un thriller que confirma a Santiago Mazarro como un valor seguro en la novela histórica española. No esperes a que te lo recomiende un compañero de trabajo.