Bea Lema
Editorial: Astiberri
Año de publicación original: 2023
Tras la bellísima cubierta de El cuerpo de Cristo se esconde una historia tan original como conmovedora. A través de dibujos y bordados que recuerdan a las arpilleristas chilenas, la gallega Bea Lema nos ofrece una historia de sanación. Una relación maternofilial marcada por la incomprensión, el miedo y la pena.
El demonio escondido
Vera, la protagonista de El cuerpo de Cristo, ha visto desde muy pequeña cómo su madre sufre episodios en los que no se levanta de la cama. Adela asegura que el demonio "viene a por ella". Que está ahí "acechándola". Meigas y exorcismos no sirven para sanar ese mal y, además, sufre obsesiones continuas que afectan al padre de Vera y a su hermano.
Adela cree, por ejemplo, que su hijo mayor es drogadicto, y le espía para destapar esa verdad que no existe. Le hostiga tanto que el propio chico se ve obligado a irse de casa. En cuanto a su marido, Adela está convencida de que mantiene una aventura con otra. Algo que también es mentira. Los únicos romances que le mantienen fuera de casa son sus dos trabajos que le tienen absorbido casi 16 horas al día.
Vera, la protagonista, ha visto desde muy pequeña cómo su madre siempre se ha comportado de forma extraña
Conforme va creciendo, Vera empieza a entender que ese demonio que acosa a su madre está solo en su cabeza. Adela no es fácil. Tiende a la depresión, a desentenderse de todo e incluso a pensar en quitarse del medio. Será el tremendo amor que la protagonista le tiene a su madre lo que contribuirá al cambio.
La propia Vera empieza a entender de dónde viene ese demonio: todo tiene que ver con su abuelo. Un alcohólico que en la dura posguerra ni sabía ni quería entender cómo cuidar a una familia, y menos a una niña pequeña. Se gastaba todo el dinero que ganaba en el bar. Hay cinco viñetas especialmente desgarradoras en las que la abuela de Vera pierde a un bebé de muy pocos meses porque no tiene ni para pagar al médico.
Catarsis a golpe de aguja
La mezcla de estilos que atesora El cuerpo de Cristo sobrecoge. Y más que lo hará cuando podamos verla en la pantalla. Bea Lema está ahora mismo preparando su traslación al mundo audiovisual. Va a estrenar un cortometraje en el que, con los mismos mimbres de esta novela gráfica, quiere llegar a mucho más público manteniendo ese estilo tan suyo.
Tanto los bordados como los dibujos que llenan sus páginas son deliberadamente ingenuos, pero esconden muchísimo más subtexto del que parece a simple vista. Esta obra guarda un alma tan luminosa y sincera como son los dibujos de Lema. Es la historia de una hija que quiere hacer sanar a su madre a lo largo de varias décadas a pesar de no entender nada en un principio. Solo la confianza y el amor incondicional podrán sacar a Adela de ese pozo.
Los dibujos son deliberadamente ingenuos, pero esconden mucho más subtexto del que parece a simple vista
A pesar de esa luminosidad de la que acabamos de hablar, esta novela gráfica no esconde en ningún momento la dureza de la enfermedad mental y de ese camino largo que hay que recorrer para llegar a la sanación. Uno nunca sana del todo, pero saber que tienes a alguien ahí, ayudando a levantarte cada vez que te caigas, supone el mejor faro posible para poder disfrutar de la vida. Y eso es este libro: un faro para entender la enfermedad mental.
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