Anna Freixas

Editorial: Capitan Swing

Año de publicación original: 2007

Hagan la prueba. Escriban 'menopausia' en Google. Verán una cascada de artículos en los que predominan las palabras 'síntomas', 'diagnóstico' y 'tratamiento'. Y esta es la espina dorsal del ensayo de la doctora en Psicología e investigadora Anna Freixas: concienciar de que la menopausia no es una enfermedad y que, por tanto, no presenta síntomas (sino signos) ni admite diagnóstico.

Anna Freixas titula su libro Nuestra menopausia. Una versión no oficial, y no es casual. Lleva años recopilando bibliografía, estudios y testimonios de mujeres diversas que han transitado por este proceso. Y lo titula una versión no oficial precisamente como contrapunto a ese discurso mayoritario que se empeña en presentarla como un amalgama de consecuencias negativas para la vida de las mujeres.

Reedición de su obra

La autora escribió el ensayo en 2007, antes de pasar por su propia menopausia. Le preocupaba tener una visión certera, arraigada en los casos reales, y se puso manos a la obra a indagar en este periodo. Diecisiete años más tarde nos presenta esta versión actualizada con nuevos datos y estudios que arrojan luz sobre el tema. Y con toda la sabiduría personal y colectiva que ha ido recabando en estos años.

"Para el 2,22% de las mujeres lo que rodeó la menopausia fue malo, pero para el 11,85% nada lo fue"

El ensayo está enriquecido con cifras que confrontan ese discurso único que combate en torno a tres pseudoverdades aprehendidas a derribar: "No hay una única menopausia, no parece ser un trauma para la mayoría y las molestias tienen un fin". De esos estudios extrae conclusiones como que solo "para el 2,22% de las mujeres lo que rodeó la menopausia fue malo, pero para el 11,85% nada lo fue".

Además lanza una afilada crítica al negocio que se está generando en torno a las mujeres en la mediana edad y a la menopausia, y en ese sentido la reedición es más que pertinente. Han surgido incluso clínicas de estética que ofrecen tratamientos hormonales para aliviar posibles molestias. Unas terapias que, según la autora, pueden tener consecuencias letales como el cáncer, pero que rara vez se advierten. El capitalismo al servicio del reclamo omnipresente de la eterna juventud.

Lo que no se nombra no existe

La autora y catedrática hace un encomiable esfuerzo en cada página por recopilar diferentes vivencias de diferentes mujeres. Todo porque ha habido un tabú en torno a la menopausia y, en general, en torno a los temas de la salud sexual y reproductiva que atañen a las mujeres. Nos invita a hablar de ello, a preguntar a nuestra madres y a las mujeres que nos rodean. Hay que hablarlo, y este libro es una buena excusa para fomentar ese debate público.

Aquí entran en juego toda una serie de ideas preconcebidas que apelan a la imagen que se quiere vender de la mujer. Una mujer que ha de ser siempre joven y bella. Y una mujer que cuando ya ha perdido la capacidad de reproducirse, ha perdido su valor en términos de mercado. Son muy interesantes los pasajes en los que establece una analogía con las intervenciones de histerectomía, el mal llamado vaciado, que nos da a entender que las mujeres han perdido su maná, la fertilidad que parece que las hace deseables.

Nos invita a hablar de ello, a preguntar a nuestra madres y a las mujeres que nos rodean

También hay reflexiones interesantes sobre los malestares que se viven en la mediana edad, que tienen más que ver con los contextos socioeconómicos y familiares que con los propios cambios hormonales. Y esto ya lo señaló la psicóloga Betty Friedan décadas atrás, tratando de explicar las recurrentes depresiones que observaba que padecían sus pacientes llegados los 55 años.

Orgullo menopáusico

El libro se presenta como un completo abanico que despliega las claves que ayudan a entender mejor qué pasa en los cuerpos pero también en las vidas que nos ha tocado vivir en nuestro contexto social y cultural. Y, en ese sentido, invita de principio a fin a darle la vuelta al concepto mayoritario de menopausia. Anna Freixas apela al llamado orgullo menopáusico, a deconstruir lo que nos han vendido y redimensionar este periodo.

Sirva como ejemplo que, en otras culturas se ha cambiado la mentalidad hasta tal punto que han corregido el término en sus diccionarios. Es el caso de Marruecos, que en su diccionario árabe ha añadido en menopausia la acepción de "la edad de la renovación". Y esto es lo que pretende el ensayo: renovar, ventilar como si se tratase de un cuarto que ha permanecido cerrado mucho tiempo, en pro de una menopausia que reconozca distintas realidades que se ajusten a la mujer del siglo XXI. Para que pueda sentirse empoderada en la que será la etapa más longeva de su vida.

VÍDEO | La menopausia como enfermedad, el gran negocio de la medicina (y del patriarcado) del siglo XXI