Antonio Soler

Editorial: Espasa

Año de publicación original: 2024

Cuando un autor experimentado y galardonado como Antonio Soler decide hurgar en las profundidades de su memoria familiar y su ciudad natal para escribir una novela, sabemos que no será un paseo ligero.

Con El día del lobo, el autor nos entrega una obra que no se lee, sino que se vive; una historia que atrapa desde sus primeras páginas y nos arroja a los tiempos más oscuros de la guerra civil española, donde el miedo y la violencia son tan palpables como el polvo en las calles.

Y al mismo tiempo, nos desafía a ver más allá de los datos fríos de la historia, invitándonos a sentir el peso de una tragedia no solo colectiva, sino íntima y personal.

De Málaga a Almería

En esta novela, Soler recrea uno de los episodios menos conocidos y más atroces de la Guerra Civil:la masacre en la carretera de Málaga a Almería. Lo que comúnmente se conoció como 'La Desbandá'. Este suceso, donde miles de civiles, familias enteras, huyeron bajo el fuego de la aviación italiana y los bombardeos de la marina franquista, es la médula espinal del relato.

Pero no esperes una crónica fría o una simple exposición de los hechos; lo que Soler construye es un retrato vibrante de las víctimas, con sus esperanzas y terrores al borde de una catástrofe inminente.

Soler recrea uno de los episodios menos conocidos y más atroces de la Guerra Civil: La Desbandá

La carretera hacia Almería se convierte en un camino de vida y muerte, un lugar en el que el horror se vuelve arte, casi como si el Guernica de Picasso se hubiera pintado con palabras.

A través de personajes complejos, Antonio Soler desmenuza los matices del conflicto con una precisión casi quirúrgica. No hay aquí héroes de cartón ni villanos sin fondo. En la España rota de 1937, cada decisión parece desmoronarse sobre sí misma. Los personajes, desde los republicanos en su desesperación por escapar hasta los franquistas y sus aliados, reflejan esa dualidad entre la humanidad y el salvajismo que despierta la guerra.

Brutalidad en ambos bandos

Soler no esquiva ni endulza las atrocidades de ningún lado: nos muestra a milicianos enfurecidos cometiendo atrocidades, y a la vez nos presenta la brutalidad del ejército franquista, como si cada página fuera un eco de aquellos tiempos en los que la línea entre la víctima y el victimario se diluía en una niebla de odio y miedo.

Uno de los aciertos más sobresalientes de la obra es el lobo, el símbolo que se convierte en un personaje en sí mismo. Este lobo representa la guerra, el lado oscuro de la humanidad que ruge en el fondo de cada batalla. Pero no es un lobo cualquiera; es una bestia que vive en cada mirada y que, en tiempos de paz, acecha en silencio.

Este "lobo" del título representa la guerra, el lado oscuro de la humanidad que ruge en el fondo de cada batalla

La presencia del lobo añade una capa casi mítica al relato, y su sombra se cierne sobre cada página, recordándonos que el horror no es exclusivo de las bombas o de las balas, sino que también vive en la esencia misma del ser humano.

Y quizás lo más impactante de El día del lobo sea la piedad. Aunque Soler no perdona, sí nos invita a la compasión, a observar la guerra como una tragedia humana sin vencedores, donde cada herida, cada pérdida, deja una marca que no puede borrarse. Su prosa aquí se vuelve casi una plegaria, un rezo en busca de consuelo para las almas perdidas en ambos bandos. Esta piedad, tan rara en los relatos de guerra, da a la novela un peso poético que la eleva sobre el simple testimonio.

Palabras que supuran dolor

El autor no solo narra, sino que escarba en el dolor de su propia historia familiar para darle al relato una verdad y una ternura desgarradoras. En cada recuerdo, en cada descripción, se percibe esa mezcla de amor y rabia de quien ha heredado el sufrimiento. La novela se convierte así en un acto de justicia poética, en un homenaje que abarca a los olvidados, a los que no tienen voz en los libros de historia.

'El día del lobo' es una meditación sobre la fragilidad humana, sobre el límite entre la vida y la muerte, sobre la piedad y el odio

Por momentos, El día del lobo nos recuerda a los grandes maestros de la narrativa sobre la guerra civil española, como Max Aub o Arturo Barea. Con una prosa que logra ser a la vez sutil y brutal, Soler convierte cada escena en una pintura viva, en una experiencia que sumerge al lector en un mundo donde las bombas y los gritos se mezclan con el eco de la esperanza.

El día del lobo es mucho más que una novela histórica; es una meditación sobre la fragilidad humana, sobre el límite entre la vida y la muerte, sobre la piedad y el odio. Una obra que duele, que cuestiona, y que nos recuerda que la historia no es una serie de hechos fríos, sino una amalgama de vidas truncadas, sueños rotos y recuerdos que se niegan a ser olvidados.

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