Care Santos

Editorial: Destino

Año de publicación: 2025

Hay algo mágico en que un escritor se abra en canal ante sus lectores. Uno siempre puede intuir la personalidad del que ha escrito las páginas que lee y puede jugar a imaginarse mil y un aspectos de su personalidad o de su vida, más si cabe si ha leído o visto alguna que otra entrevista, pero cuando la historia que le cuentan es tan personal como lo es El amor que pasa, la cosa cambia.

Care Santos ha tenido que esperar mucho para poder escribir esta historia de amores de posguerra, la de sus padres. Primero tuvo que vivirla, asumirla, descubrirse a sí misma que esta era una buena historia y después hubo de esperar a que su madre muriera. Se lo prometió a ella. Cuenta que su padre nunca lo supo, murió mucho tiempo atrás.

Crónica de un amor epistolar

No se me ocurriría romantizar ninguna historia ocurrida en la posguerra. Por muy bonita que pueda ser, el marco histórico en el que se desarrolla sigue siendo el de una dictadura que arrasó con los derechos y las libertadesde quien bajo su yugo vivían, especialmente las mujeres y cualquiera que no tuviera padrino.

Care Santos ha tenido que esperar mucho para poder escribir esta historia de amores de posguerra, la de sus padres

Pero hay algo indudablemente poético en la historia de Antonio y Claudina, los padres de la autora, enamorándose a sorbos, sin haberse visto antes, con las 800 cartas que se enviaron a lo largo del tiempo. En tiempos de inmediatez como los nuestros, ser testigos de dos amantes que tienen que esperar días para saber uno del otro es algo que le pone a uno el corazón blandito.

No es esta, en cambio, una historia blanda ni empalagosa. En absoluto. Care Santos escribe y describe El amor que pasa con una sorprendente aridez. Sorprendente porque de primeras uno podría esperar una buena dosis de miel en este relato, pero hay que aplaudir la decisión de que estas memorias noveladas no acaben convertidas en una enrome bola de algodón de azúcar por, justo, lo que comentaba antes: todo el trasfondo es demasiado jodido como para pintarlo bonito.

"Es una niña huérfana cuya madre está viva", escribe la autora sobre su madre Claudina.

Crónica de una España anunciada

Sirve El amor que pasa como crónica de este país al que la guerra, el hambre, el odio y la represión atravesó como una bala atraviesa el cuerpo del soldado que caerá al suelo de rodillas. Los trenes abarrotados de migrantes pobres que buscaban en las grandes ciudades una vida mejor, el polvo de los caminos, los sueños que no se cumplen, la vida... todo esto está aquí. El paso del tiempo, los teléfonos que ocupan un lugar sagrado en casa. Sevilla y Barcelona se describen aquí con una precisión que emociona.

Hay algo indudablemente poético en la historia de Antonio y Claudina, enamorándose a sorbos con las cartas que se enviaron a lo largo del tiempo

Porque la historia de El amor que pasa es también la historia del país que fuimos, el que podríamos haber sido, del que soñamos ser y en el que nos hemos acabado convirtiendo. "Escribir también es soltar lastre". No es mía esta frase, es de Care Santos, y yo no podría estar más de acuerdo. Cada quien exorciza sus demonios como buenamente puede o sabe y, bendito don de la escritura tú eres, que has permitido que tantos autores nos hayan entregado su corazón en negro sobre blanco.

Hay algo tan hermoso en este libro que lo convierte en uno de los más especiales de los que hemos leído este año.

Sigue el canal de Ahora Qué Leo en WhatsApp para estar al tanto de todas nuestras reseñas, reportajes y entrevistas.