Bill Watterson
Traductor: Francisco Pérez Navarro
Editorial: Astiberri
Año: 2022
Sinopsis: Calvin es un niño de seis años que odia el cole, adora la nieve y no sabe vivir sin su tigre de peluche. Hobbes es un tigre sarcástico y bonachón, que se convierte en peluche si no está a solas con Calvin. Juntos organizan estupendas batallas de bolas de nieve, se lanzan a tumba abierta con su trineo y realizan las más grandes trastadas.
Y todas sus aventuras están cargadas de reflexiones filosóficas, inocencia, ironía e imaginación. A su alrededor, sus sufridos padres, Susie, la vecina de Calvin y centro de la mayoría de sus bromas pesadas, la terrible canguro Rosalyn, Moe, el matón del colegio, y la paciente profesora, la señorita Carcoma, componen el variado universo de Calvin y Hobbes.
Por qué recomendamos 'El gran Calvin y Hobbes ilustrado', de Bill Watterson
Calvin concentra la infancia. Pero no solo la parte más bucólica y tierna de la infancia. Calvin es exasperante, indomable, terco, egoísta y enfadica. Exactamente como lo son la mayoría de niños de seis años. Y Bill Watterson decidió, por primera vez en una tira cómica, no ocultar las partes más oscuras de la paternidad.
Por eso, por esa maestría alucinante de Watterson, las tiras de 'Calvin y Hobbes' tienen varias lecturas. Cuando las pillas de niño, son el perfecto reflejo de la imaginación al poder. Las enormes posibilidades que guarda el día a día de un pequeñajo con una mente tan indomable. Capaz de convertir la pelea por bañarse cada noche en la aventura de un intrépido capitán estelar.
Pero al hacernos mayores, la visión de esa realidad modificada por la niñez es exactamente igual, o al menos muy parecida, a la que tienen los padres de Calvin de su hijo. Es divertido y agotador ser padre. Es así. Es una pelea inacabable en la que uno se ríe mucho. Y aunque a los padres de Calvin rara vez les vemos reírse, seguro que fuera de las viñetas se echan unas risas con las ocurrencias de su pequeño genio.
Pero hay mil cosas más. Los dibujos, de una expresividad y una ternura difíciles de encontrar. La filosofía, escondida detrás de cada bocadillo y, la mayoría de las veces, echando a volar en metafóricos descensos suicidas por laderas con trineos y carricoches. La crítica social, sutil y certera, como sus dibujos.
Las tiras de 'Calvin y Hobbes' fueron un faro, una alegría, en más de 2.400 periódicos de todo el mundo entre noviembre de 1985 y diciembre de 1995. a partir de entonces Bill Watterson dijo que no haría jamás otra viñeta. Y ha cumplido su palabra. a pocos meses de que vea la luz la nueva obra gráfica que ha preparado, Astiberri recupera, gracias al cielo, todo Calvin y Hobbes en un par de volúmenes. Gracias a ambos.