José Ángel Mañas y Jordi Ledesma
Editorial: La esfera de los libros
Año de publicación original: 2024
Es complicado dar forma a un caso como el de Silk Road, más aún hacerlo desde la visión de quien no se dedicaba a traficar en la web, tan solo a dar asesoramiento médico. En el año 2013, los medios estadounidenses se hacían eco de la noticia del cierre de un portal que operaba desde la Dark Web como un enorme mercado de mercancía ilegal.
El 80% del volumen de negocios se correspondía con la venta de estupefacientes, pagados con bitcoins y enviados de forma anónima por servicio postal. El nombre de un médico de familia que trabajaba en el centro de salud de Puerta Bonita, en Madrid, empezó a resonar en todos los medios internacionales.
'Doctor X' llega a cuatro manos, firmado por los novelistas Jordi Ledesma y José Ángel Mañas
Doctor X llega a cuatro manos, firmado por los novelistas Jordi Ledesma y José Ángel Mañas. Es la segunda novela que publican juntos después de En el descuento, también bajo el sello La Esfera de los Libros.
En esta ocasión han realizado un ejercicio de thriller documental que recrea los años que siguieron a la implicación de Fernando Caudevilla en uno de los juicios más mediáticos de la década pasada. Fue la caída de Silk Road, con una sentencia ejemplificante que dejó entre rejas al círculo más inmediato de Ross Ulbricht, su administrador. A todos excepto a Caudevilla, más conocido en el portal como el Doctor X.
Medicina ácida
Mañas y Ledesma se esmeran en describir un ambiente de thriller, sugerente e incluso sensual, pero Caudevilla no es un Marlowe por mucho que sus autores se esmeren en esconderlo en una nube de humo. Ambos autores tiran del relato en direcciones opuestas, opinando sobre el mejor orden de un libro que se fragua al mismo son que sus protagonistas lo escriben.
Les encontramos, a los autores, encerrados, consumiendo drogas y bebiendo desaforadamente para dar forma a la historia como dos personajes más de la misma. Juegos literarios con los que aligerar una trama que acaba por convertir a su protagonista, real, en un personaje de novela.
Encontramos a los autores encerrados, consumiendo drogas y bebiendo para dar forma a la historia como dos personajes más de la misma
Sin embargo, Caudevilla existe y ha sido la figura más visible en nuestro país de la reducción de riesgos en el consumo de drogas de las últimas décadas. Desde su relación con Energy Control, hasta organizaciones europeas o el Gobierno español. En el tiempo que transcurrió entre el apogeo de Silk Road y su cierre, este médico de familia pasaba entre dos y cuatro horas al día frente a su ordenador respondiendo a las cuestiones que le planteaban los consumidores.
Si bien el Doctor se convirtió en un habitual de la cultura rave e incluso algunas pastillas de MDMA llegaron a ser impresas con su rostro, su labor ha sido reconocida recurrentemente, llegando incluso a convertirse en médico personal de Antonio Escohotado.
Hace menos de seis años se dedicó a investigar, junto al laboratorio con el que colabora, varias remesas de heroína para localizar aquellas adulteradas con fentanilo que pudiesen estar llegando a nuestro país. Una intervención temprana que evitó miles de muertes.
Perseguido por el FBI
El trabajo de Caudevilla fue vital para que los miles de usuarios que compraban a diario a través de Silk Road consumiesen de una forma segura sus estupefacientes. Una tarea que empezó de forma altruista pero que más tarde fue recompensada con 500 dólares semanales por parte de Ross Ulbricht, conocido en la web como 'El temido pirata Roberts'.
Cuando su nombre apareció en la lista de los siete colaboradores a los que Ulbricht pagaba, el FBI le incluyó en un caso que habría de cambiar su vida. Al menos hasta que se publicó la sentencia, dos años después.
Se convirtió en médico personal de Antonio Escohotado y ha participado en congresos y ponencias sobre drogadicción
Doctor X sigue los pasos del facultativo a lo largo de una etapa convulsa, plagada de intrigas. Desde robos en su consulta en el centro de Madrid, hasta declaraciones que señalan al CNI como responsable de una campaña de hostigamiento que siguió durante el juicio. Hasta ocho páginas de las ochenta que componían la sentencia se dedicaron a deslegitimar su labor profesional.
Sin embargo, el doctor continúa con su causa, y se atreve por primera vez a ordenar un relato tan fascinante como desconocido para el público español.