Fernando Bonete

Editorial: Siglo XXI

Año de publicación original: 2024

"Científicos alertan que la inteligencia artificial puede provocar la extinción de la humanidad". "Así acabará la inteligencia artificial con la humanidad". "Investigador advierte sobre el fin de la humanidad por avances de la IA: 'Podría suceder en dos años". Todos hemos leído estos titulares y habríamos leído otros cientos parecidos si no estuviéramos hartos del ver al mundo desmoronarse cada mañana al leer la prensa.

A los funestos agoreros que anticipan el fin del mundo Fernando Bonete les llama "los humanistas del apocalipsis tecnológico"

La llegada de la inteligencia artificial está suponiendo un cambio sustancial en la manera en la que se construye nuestro presente y, sobre todo, nuestro futuro más próximo. Y como ha pasado siempre que un gran cambio ha afectado estructuralmente a la humanidad, a muchos no les vale con echarse a temblar, sino que necesitan hacer temblar a cuantas más personas mejor.

A estos funestos agoreros, el escritor Fernando Bonete les llama "los humanistas del apocalipsis tecnológico", porque en su exagerado humanismo no son capaces de ver que los riesgos que vaticinan no son, ni mucho menos, tan definitivos.

¿Qué es ser humano?

Con tanto gusto por el drama desde los medios de comunicación, es de agradecer que alguien trate de poner algo de cordura y analice con detenimiento y escepticismo los riesgos reales de la inteligencia artificial y los miedos de la sociedad ante los cambios por venir.

Porque, como dice Fernando Bonete en La guerra imaginaria, "las posibilidades que ofrecen la informática y fuerza de computación disponible en estos momentos son, en realidad, demasiado limitadas para alcanzar el ideal de inteligencia y completa autonomía falsamente atribuida a estos sistemas".

"Las posibilidades que ofrece la informática son demasiado limitadas para alcanzar el ideal de inteligencia y autonomía atribuida a estos sistemas"

Dicho de otro modo, los algoritmos y los robots pueden ser muy útiles en determinadas tareas, pero estamos muy lejos de que una sola herramienta digital sea capaz de afrontar todos los procesos que realiza un ser humano. Un robot nos puede ganar jugando al ajedrez, pero esa misma máquina no será capaz siquiera de hacer un dibujo básico o escribir una frase con sentido.

Además, en este ensayo se realiza un acercamiento a las características de la inteligencia artificial para, a partir de ahí, tratar de sentar las bases de lo que es propiamente humano y lo que no. Porque si no sabemos realmente qué nos hace humanos no podremos reflexionar sobre la naturaleza de ambos frentes.

El legado de Asimov

Para ello Bonete recurre al inventor del término "robótica", al padre de la ciencia ficción, Isaac Asimov, el hombre que puso la primera piedra de una filosofía robótica que ahora se ha convertido en esencial en nuestras vidas. Sus textos, sus principios y las leyes que propuso son la base sobre la que se construye este ensayo.

¿De qué forma tenemos que tratar a los robots y de qué forma deben tratarnos ellos a nosotros?

Pero no es la única referencia. Apoyado en ensayos y artículos de expertos internacionales, el autor desgrana la situación actual, respondiendo a preguntas básicas como ¿pueden los robots llegar a suponer una amenaza real para la humanidad? o ¿de qué forma tenemos que tratar a los robots y de qué forma deben tratarnos ellos a nosotros?

El resultado es un ensayo calmado y sensato, alejado de alarmismos y titulares grandilocuentes, que no relaciona el desarrollo de la inteligencia artificial con el fin del mundo tal y como lo conocemos, y lo asocia a un futuro prometedor de nuestras tecnologías que nos acercará a un progreso nunca antes visto.