Autor: Antoine Wauters
Traductor: Borja Mozo Martín
Editorial: Demipage
Año de publicación original: 2021
Los mejores libros son los que llegan a ti de casualidad y te atraviesan de manera inesperada. Es lo que me ha ocurrido con Mahmud o el señor de las aguas, del escritor belga Antoine Wauters, una obra distinta, marcada por una aparente sencillez que guarda ese algo especial que todo lector desea encontrar.
Es una obra distinta, algo así como una novela poetizada
Tras un sugerente título y una preciosa cubierta descubrimos un texto en verso. No es un poema, aunque tiene mucha poesía. Es algo así como una novela poetizada. Una obra con un estilo alejado de lo convencional y que, sin embargo, tiene capacidad de sobra para llegar y emocionar a todo tipo de lectores.
Una vida sumergida en el agua
"Al principio, siempre me palpo el corazón unos segundos / para comprobar que sigue latiendo. / Porque siento que me muero". Con este arranque, el autor nos presenta al protagonista de esta historia, un anciano atormentado que rema a bordo de una barca.
Bajo el agua está su vida. O la que fue su vida. Ahora es su pasado, al que se sumerge en busca de razones para seguir viviendo.
Allí abajo, en lo más profundo, está la casa de su infancia, el jardín de su padre, su primer amor, su mujer, sus hijos antes de que partieran a la guerra. "Todo está en calma. / Me sumerjo de nuevo en el agua, desciendo hacia el café Farah, / del que ya no queda nada", piensa mientras bucea por sus recuerdos. "Existo en la memoria de las cosas. / En el principio de las cosas. / No soy yo quien observa el lago, / sino él quien contempla la faz de la tierra, / sus plantas, sus árboles frutales, las hormigas del desierto".
Bajo el agua está su vida. O la que fue su vida. Ahora es su pasado, al que se sumerge en busca de razones para seguir viviendo
Hay algo mágico que impregna toda la historia. Un dulce balanceo. Una delicadeza que se mantiene firme incluso ante el más doloroso de los pensamientos. "Una mancha / que apareció al enamorarme de ti. / Y desde entonces no hace más que crecer, / crecer y dolerme. / Empezaré a morir por la piel".
Ahí reside otra de las grandes virtudes (que son muchas) del libro: narrar con belleza el dolor y, lo que es más complicado, la brutalidad humana. Porque detrás de los versos que componen las casi 160 páginas hay una historia real.
El horror a través de la belleza
La vida que ahora resbala por la piel del protagonista fue devorada por un lago artificial creado tras la construcción de una presa en Tabqa, Siria. Era 1973, el entonces presidente, Háfez al-Ásad, quiso dominar la naturaleza construyendo la presa, decía, por el bien de todos. A cambio, 11.000 familias fueron desplazadas.
A través de la ficción, Antoine Wauters hace un recorrido por la historia reciente de Siria, desde aquella inundación hasta nuestros días, con una figura muy presente: la del hijo de Háfez al-Ásad, Bashar al-Ásad, el actual presidente.
Cuando se le menciona, el relato se vuelve oscuro, triste y violento. "Los monstruos se ciernen sobre nosotros, / con sus tijeras de hielo. / Haciendo así: ¡chas! / Se meten en nuestros sueños / y los cortan en pedacitos".
La guerra, el paso del tiempo, el amor y la ausencia son algunos de los temas presentes en una novela tremendamente emotiva
Con la guerra muy presente, nos encontramos con escenas terribles, explícitas, situaciones desagradables de las que el autor consigue extraer algo de luz con la palabra, dibujando imágenes que se quedan clavadas en la memoria.
El horror de la guerra, el paso del tiempo, el amor y la ausencia son algunos de los temas presentes en una novela tremendamente emotiva. Mahmud o el señor de las aguas es un ejemplo de cómo la literatura puede dar voz a los olvidados, traspasar fronteras y arrojar luz sobre conflictos que, aunque lejanos, nos afectan a todos.
El libro de Antoine Wauters es, sin duda, una de las grandes sorpresas del año.