Santiago Sánchez Cogedor

Editorial: Alienta

Año de publicación original: 2024

¿Cuántas veces habéis leído u oído esa manida expresión que dice "la realidad supera a la ficción"? Seguro que tantas que es una frase que ya apenas causa impacto. Pero hay veces que no se trata de una exageración. Hay veces que es totalmente cierta. Este libro es una de esas veces. Estamos ante una historia tan brutal que cualquier autor se la podría haber inventado y tejer con ella un relato tan adictivo como impactante.

En su viaje a Catar quería hacer sonreír a los demás pero no pudo completarlo

Cómo sobreviví 15 meses entre rejas es la historia de Santiago Sánchez Cogedor contada por él mismo. Abarca poco menos de año y medio de su vida. 15 meses en los que le dio tiempo a meterse en el infierno y salir de él. No entró por voluntad propia. Imagino que habrá muy pocos seres humanos tan locos como para internarse por gusto en una cárcel de Irán. Y muchos menos todavía de hacerlo en varias de ellas.

Vivir para los demás

Antes de la cárcel, Santiago tenía una idea, puede que también un poquito loca. Corría el año 2022. Año de mundial. Catar se convertía en el centro neurálgico del planeta fútbol y Santiago, un futbolero consumado quería estar allí. Pero no iba a llegar de cualquier manera. Pretendía llegar a pie.

Hay que aclarar que Santiago Sánchez Cogedor ya había estado en Oriente Próximo en el pasado. No a pie. En bicicleta. En un momento trascendental de su vida buscó darse a los demás. Aquel viaje le sirvió para, además de viajar, ir ayudando a los que se encontraba por el camino. Ya fuese en hospitales, en campamentos de refugiados o donde la necesidad estuviese más presente, Sánchez Cogedor allí estaba. Dispuesto a ayudar, a sacarle una sonrisa a los más pequeños y a la vida aunque la situación fuese desoladora.

En su viaje hacia Catar quería hacer lo mismo. Reencontrarse con amigos que hizo en su anterior periplo y seguir ayudando y haciendo sonreír a los demás hasta llegar a su destino y disfrutar del fútbol. España, Francia, Italia, Grecia, Turquía, Irak... e Irán. De allí no pasó.

Siempre fue inocente

Santiago fue detenido y encarcelado en octubre de 2022 cuando visitaba la tumba de Mahsa Amini. Un viejo conocido suyo del anterior viaje le tendió una trampa, aunque aun hoy no se sabe muy bien por qué. El caso es que los dos fueron apresados por el servicio de inteligencia iraní. Tiempo después de estar en la cárcel, Santiago supo que estaba acusado de espionaje, un delito que en Irán está penado incluso con la muerte.

En la cárcel sufrió trato vejatorio y unas condiciones que se saltaban los derechos humanos

El tiempo que pasó encarcelado está descrito en este libro con todo lujo de detalles y con una narración sorprendentemente natural y desprovista de todo drama impostado. Trato vejatorio, condiciones que se saltaban por los aires los derechos humanos... Las emociones por las que pasó Sánchez Cogedor las hacemos nuestras durante la narración. Es imposible no sentir soledad, impotencia, incomprensión, incertidumbre y miedo.

Aunque Santiago siempre dice que solo le tiene miedo al propio miedo, aquí es muy difícil, como lector, no sentirlo al ver el trato que Santiago recibió en las numerosas cárceles por las que pasó hasta que fue liberado, 15 meses después de haber sido encarcelado.

Al límite

Pero aun así, en esta obra hay lugar para creer en las personas. A pesar de los momentos en los que Sánchez Cogedor pensó en lo peor y se planteó rendirse aunque solo fuese un segundo, Cómo sobreviví 15 meses entre rejas nos deja también la historia de un ser humano que trató de enseñar la mejor cara del hombre incluso en los peores instantes.

Organizó torneos de ajedrez, de voleibol, de fútbol, aprendió a hablar el idioma local y enseñó español

Dentro de la cárcel organizó torneos de ajedrez, de voleibol, de fútbol, aprendió a hablar el idioma local y también enseñó español. Trató de sonreír a pesar de las circunstancias. Y lo consiguió en muchas ocasiones. Su encarcelamiento y la angustia de su familia (se pasaron muchas semanas sin saber si Santiago estaba vivo o muerto) fue seguido por todos los medios de comunicación en nuestro país.

Su liberación y llegada a España fueron motivo de celebración pero hasta hoy no hemos sabido cómo fue vivir dentro de una de las cárceles más salvajes de todo Irán. Un relato que puede sobrecoger pero que resulta tan natural, por la forma en la que se cuenta, que se lee con una sorprendente tranquilidad. Santiago Sánchez Cogedor siempre ha mostrado esa cara amable.

Una que le ha permitido superar una situación extrema y que, aunque seguro que le ha dejado secuelas, ha incorporado a su día a día para seguir enseñándonos que la felicidad en la vida depende siempre del prisma con el que se la mire.