Syou Ishida

Traductor: Víctor Illera Kanaya

Editorial: Planeta

Año de publicación original: 2023

Si te duele el cuerpo, vas al médico de cabecera. Si te duele el alma, te planteas ir a un psicólogo. Y si te duele la vida, tienes que ir a la Clínica Kokoro. Porque cuando no puedes más y necesitas un cambio, el destino te acaba llevando a lugares insólitos. Así es como los protagonistas de Te receto un gatose acaban encontrando con este singular centro en la ciudad japonesa de Kioto.

Es un refugio que tiene mucho de misterioso y mucho de mágico donde la receta para sanar no es ninguna medicina. La cura es un gato. Sí. De los que bufan, arañan y dan alergia. Y también de los que te cambian la vida para siempre porque es imposible que quepa tanto amor en esos cuerpos tan peluditos, achuchables y (también) caóticos.

En este libro la receta para sanar no es ninguna medicina. La cura es un gato. Sí. De los que bufan, arañan y dan alergia.

Solo los que tenemos gato sabemos lo que es. Son totalmente dicotómicos. Porque lo mismo te ignoran que no se separan de tu regazo mientras te amasan (lo de aplastar sus patitas rítmicamente contra ti) en la panza en un gesto de confianza ciega. Son independientes y no suelen obedecer órdenes así que cuando están contigo es porque quieren de verdad. Y te lo hacen saber.

Pero no quiero convertir esto en un decálogo de "por qué tienes que adorar a los gatos". Puedes odiarlos, no pasa nada. Pero si es así, este libro quiere que cambies de idea.

Cinco historias con gato

Volviendo a la Clínica Kokoro, en su inquietante interior (la descripción del lugar en sí se las trae) el enigmático doctor Nike y la siempre intrigante enfermera Chitose guían a quienes llegan en busca de un nuevo rumbo. La clínica siempre encuentra al paciente y nunca al revés. No hay un mapa, ni un lugar marcado en Google Maps. Sólo unas vagas instrucciones que seguir para encontrarla.

En Te receto un gato son cinco las personas que necesitan un minino sin saberlo: un joven que ansía recuperar su alegría tras un revés profesional, un hombre que busca equilibrar la importancia entre su hogar y su trabajo, una madre que quiere retomar la relación con su hija, una diseñadora dispuesta a liberarse de la presión del perfeccionismo y una geisha que necesita recomponer su corazón hecho trizas.

La clínica siempre encuentra al paciente y nunca al revés. No hay un mapa, ni un lugar en Google Maps. Sólo unas vagas instrucciones para encontrarla.

Una vez elaborado el diagnóstico, la receta es simple: llévese a casa este gato, téngalo diez días y cuando acabe el tratamiento nos lo devuelve. Las instrucciones para cuidarlo también son simples: comer y beber agua a cualquier hora (por suerte, no son gremlins), limpiarle el arenero siempre que haga falta y ya está.

El resto ya lo pone el gatete porque cada ronroneo se convierte en una caricia para el alma, demostrando que a veces la magia y el consuelo se esconden en una mirada tan afilada y alucinante como la de un felino.

Por lo que sea, cada uno de los protagonistas de esta antología acaba encontrando su lugar. Los gatos les llevan a lugares que nunca hubieran llegado por sí mismos. Es un cambio que se produce gracias al esfuerzo de comprender y atender a un ser que nunca te lo ha pedido. Salir de uno mismo para preocuparse por otro. Así de simple y así de complejo.

Ficción curativa

Te receto un gato viene de Japón y se nota. Se nota en las relaciones entre compañeros de trabajo. En las relaciones entre las personas dentro de la propia familia. En las relaciones entre las personas que no se conocen. Todo en el libro se siente distinto a como lo sentimos nosotros. Es todo más serio. Más hacia dentro.

Sólo en el primer relato, la relación del protagonista con su jefe es poco más o menos que enfermiza. Ellos entienden el trabajo así. Pero también entienden que tiene que haber límites. Y, por suerte, este libro también los marca. Es un texto que desprende una especie de magia muy de allí. Hasta los responsables de la clínica parecen llevar un gato en su interior por cómo se comportan. ¿Serán gatos mágicos?

El 'healing fiction' abre un nuevo camino para aquellos que buscan en la literatura no solo entretenimiento, sino un respiro para el espíritu

Que Kioto sea la ciudad elegida para ubicar la clínica gatuna tiene todo el sentido porque Syou Ishida es de allí. Y lo suyo no fue la escritura desde un primer momento. Comenzó a coquetear con ella mientras dedicaba su tiempo laboral a las telecomunicaciones. Su debut literario, Tomato Sensei, fue galardonado con uno de los premios más prestigiosos de el país oriental: el Japan Grand Prix.

Pero ha sido con Te receto un gato con la que se ha convertido en todo un fenómeno en su país, convirtiéndose en una autora superventas y obteniendo también el Premio Kioto a la Mejor Novela. Pero es que esta historia no solo está triunfando allí. La novela ya se ha traducido a 26 idiomas.

¿Dónde radica su éxito? Todo apunta a una nueva moda que está haciéndose un hueco en la literatura de ficción. Hablamos de lahealing fiction o ficción curativa. No para de florecer en Asia abriendo un nuevo camino para aquellos que buscan en la literatura no solo entretenimiento, sino un respiro para el espíritu.

Obras como Bienvenidos a la librería Hyunam-Dong,La biblioteca de los nuevos comienzos o La tienda de los deseos capturan esta esencia. Nos ofrecen historias que, con suavidad, nos invitan a redescubrir lo esencial: el poder de la conexión humana y el consuelo de los pequeños milagros diarios.

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