Mikel Guerendiain

Editorial: Los Aciertos y Pepitas de calabaza

Año de publicación original: 2025

"Tienen que entender que nuestras vidas valen mucho, las suyas no valen nada", afirma el personaje que da vida en Mauroal director de la cárcel. El historiador navarro Mikel Guerendiain nos muestra a través de los hombres que conviven en el penal la realidad que atraviesa la España de aquellos días, donde la Guerra Civil sigue activa y el país se ha dividido en dos opuestos antagónicos: verdugos y victimas, rojos y franquistas, colaboracionistas y opositores.

El penal fue para muchos de esos hombres el último paso de una pérdida de libertad que había comenzado mucho antes

Las paredes del Fuerte de San Cristóbal se convierten en esta novela en el compañero de celda que pregunta: "¿Por qué has acabado tú aquí si no has matado a nadie? " (ninguno de los presos fue encarcelado por delitos de sangre). La novela describe lo que una visión inamovible, única y opaca del mundo puede hacerles a todas aquellas personas que opinan y sienten diferente.

"Me repito que omitir mis opiniones puede convertirse en mi mejor aliado", reflexiona uno de los presos. En Mauro, Guerendiain evidencia cómo el penal fue para muchos de esos hombres el último paso de una pérdida de libertad que había comenzado mucho antes de acabar viviendo entre barrotes.

La huida

La salida abrupta del penal pilla por sorpresa a los franquistas y sin un plan tramado a los prisioneros, que se lanzan a los montes navarros en busca de la frontera francesa sin saber si quiera dónde se encuentra ésta. Comienza en ese momento una cacería humana donde los civiles de los pueblos colindantes al penal se verán inmersos en la búsqueda.

A lo largo de esta novela Guerendiain describe el miedo y la equidistancia que las guerras generan en la sociedad

A lo largo de estas casi 200 páginas, Guerendiain describe el miedo y la equidistancia que las guerras generan en la sociedad: hombres y mujeres que colaboran por miedo a la muerte, hombres y mujeres cuya lejanía ante la vida de otro ser humano mancha sus manos de sangre.

"¿Se darán cuentan los hombres de la vida mientras viven?", reflexiona uno de los personajes. Y es que si algo queda reflejado en Mauro es que un conflicto armado no solo trae muertos sino autómatas. El sufrimiento y el horror anestesian la humanidad y nos rebajan a lo más primitivo del mundo animal, donde la única meta es sobrevivir (acosta de lo que sea).

La frontera

De los 800 presos que escaparon de San Cristóbal solamente tres llegaron a Francia. La Ítaca de Ulisestransformada en una línea divisoria entre dos países, entre dos visiones del mundo, una línea que para muchos, en los años de la guerra, supuso vivir o morir.

La excelencia de Mikel Guerendiain en 'Mauro' es construir personajes que cargan con sus propias fronteras internas

La excelencia de Mikel Guerendiain en Mauro es construir personajes que cargan con sus propias fronteras internas. Unas fronteras que, al igual que las geográficas, definen la otredad que tienen los enemigos del concepto "libertad".

"Una cosa es la política y otra bien distinta es la guerra", dice León, uno de los vecinos de un pueblo cercano al penal. Y tiene razón: los ideales convertidos en dogma solo dejan muertos por enterrar.

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