Outpost nº 01 - Dmitry Glukhovsky
"La mancha se vuelve más grande y no tardan en verla también los demás (...). Avanza con movimientos extraños, irregulares, como si se moviera a sacudidas, a espasmos, y se balanceara de un lado a otro. Debe de medir más de dos metros, quizás tres. Un cuerpo largo y delgado, que parece estar coronado por una cabeza enorme".
Dmitry Glukhovsky
Traductor: Joan Josep Mussarra Roca
Editorial: Minotauro
Año: 2019
Sinopsis: Ya pocos recuerdan cómo era la Rusia anterior a la catástrofe. Tampoco el joven Yegor, que vive desde pequeño en un puesto militar de la frontera oriental de su país.
Desde ahí vigilan un puente que cruza el envenenado río Volga. Un puente que lleva a lo desconocido y que nadie ha cruzado en décadas. Hasta ahora.
Por qué recomendamos 'Outpost nº 01', de Dmitry Glukhovsky
Tras el éxito internacional de la Saga Metro (compuesta por libros y videojuegos), Dmitry Glukhovsky sigue explorando territorios postapocalípticos con 'Outpost nº 01'.
Esta es una novela compuesta por distintas historias que, poco a poco, se entrelazan hasta formar una magnética obra de supervivencia en la que caben el amor, los celos, la muerte, el horror y, por supuesto, el misterio. Un libro en el que la atmósfera, inquietante, se convierte en un personaje más.
Entre los vapores verdosos que invaden las páginas se vislumbra cierta crítica a la Rusia contemporánea, con un Moscú omnipresente personificado en una serie de personajes autoritarios, con ansias de poder y de conquistar territorios incluso en un mundo hecho cenizas. "¡Cuántas cosas hemos perdido, hermano! ¡Por culpa de las conspiraciones y las intrigas de los extranjeros!", dice uno de ellos. "¡Lo que nuestros padres perdieron, lo vamos a recuperar!", concluye en unas líneas que bien podrían firmar algún alto cargo ruso actual.
No resulta raro entablar este tipo de paralelismos sabiendo que el autor ha sido muy crítico con el gobierno de Putin, tanto antes como después de la invasión a Ucrania. De hecho, Glukhovsky está exiliado y en búsqueda y captura.
En definitiva, esta es una historia que se lee del tirón. Una obra que, sin tener grandes dosis de acción, es realmente ágil e intrigante. Dmitry Glukshovsky consigue que a lo largo de 300 páginas una pregunta se apodere de nuestra mente: ¿qué hay al otro lado del puente?