El papel pintado de amarillo - Charlotte Perkins Gilman
"Si un médico reputado, y tu propio marido, asegura a parientes y amistades que no te pasa nada grave, que no tienes más que una depresión nerviosa transitoria -con una leve tendencia a la histeria- ¿qué se le va a hacer?".
Charlotte Perkins Gilman
Traductora: Montse Meneses Vilar
Editorial: Alpha Decay
Año: 1892
Sinopsis: 'El papel pintado de amarillo' es un relato de inspiración autobiográfica que la propia Charlotte Perkins Gilman escribió tras una severa depresión posparto.
Esta obra se publicó originalmente en 1892 en una revista literaria de la época con la intención de denunciar el poco acertado tratamiento al que se tuvo que someter tras dar a luz. Lo llamaban 'la cura del reposo'. Ella y su marido se aislaron en una antigua finca durante los tres meses de verano.
La autora quedó alejada de la literatura y la escritura, achacando a su trabajo el cansancio físico y mental. Allí, encerrada, comenzó a obsesionarse con las paredes de su habitación, que estaban pintadas por un llamativo color amarillo. Su obsesión se transformó en alucinaciones que poco a poco se adueñaron de la protagonista.
Por qué recomendamos 'El papel pintado de amarillo', de Charlotte Perkins Gilman
Porque la maternidad es una etapa que, en muchas ocasiones, está idealizada. A día de hoy, se sigue sin hablar de las renuncias que conlleva tener hijos. Tampoco de cómo puede afectar a la salud mental.
También es un claro guiño a la lucha feminista. En aquellos años las mujeres carecían de derechos. Estaban sujetas a las decisiones de sus maridos o padres.
Esta obra de Charlotte Perkins Gilman reclama la necesidad que tienen las mujeres de ser aceptadas con sus características, sus realidades y sus problemas. Es la historia real de la autora contada en primera persona, con algún que otro retoque literario.
Con su historia, Perkins ha logrado ayudar a otras mujeres que, como ella, también han sufrido o sufren depresión postparto. Este libro ha sido valorado por psiquiatras como una "buena muestra de este tipo de literatura".
Una experiencia sufrida en sus propias carnes que a mediados del siglo XIX no tenía diagnóstico ni tratamiento, tan solo se aconsejaba descansar en casa durante meses. Su relato se ha convertido varios siglos después en todo un alegato feminista de la maternidad.