Diego Sánchez Aguilar
Editorial: Candaya
Año de publicación original: 2023
Un niño camina por el patio de su colegio contando sus pasos. Así, concentrado en sus pies, en los números, consigue pasar desapercibido, no ser visto por todos esos niños que le tiran piedras y se ríen de él cuando le ven.
Mientras tanto, su madre, un par de pisos por encima, escucha cómo la tutora le cuenta que ese niño que cuenta sus pasos ha escrito una redacción cuando menos llamativa. En ella habla del mito de Ulises y las sirenas. Y de cómo la tripulación se protegió con tapones de cera mientras ataban a Ulises a un mástil para no caer a su llamada.
Ese niño, dice la tutora, cuenta en su redacción que algunas personas son los descendientes de la tripulación y tienen esa cera en los oídos y viven tranquilos. Y otros, como él, descienden de Ulises y siguen escuchando aquel canto, un ruido constante, de fondo, que les habla, sobre todo, por las noches. Y que ellos, los que escuchan, a veces son tomados por locos, pero en realidad son los únicos que entienden la verdad.
La Cumbre del Futuro
Todo eso sucede mientras los presidentes de las grandes potencias se reúnen en la Cumbre del Futuro, tratando de llegar a acuerdos que nos salven. Pero los que escuchan saben que eso no va a ocurrir, que, como decían los Sex Pistols, no hay futuro posible. Y menos aún cuando, al término de la cumbre, todos los políticos quedan paralizados en posturas tremendamente incómodas, nadie sabe cómo ni por culpa de quién.
Escrito con una prosa vertiginosa, un caudal que se desborda del libro corre por los brazos del lector y se cuela bajo su ropa
Escrito con una prosa vertiginosa, un caudal que se desborda del libro corre por los brazos del lector y se cuela bajo su ropa, bajo su piel hasta colarse por las orejas y alcanzar las fibras más sensibles de sus cuerpos. Los que escuchan es una aventura, una reflexión sobre la ansiedad y el miedo de una sociedad que está tratando de asumir su derrota.
En ella, los personajes que oyen ese ruido que no saben de dónde viene se suceden con un hilo conductor: todos asisten al hundimiento de sus convicciones éticas y son conscientes de que el mundo en el que viven se está viniendo abajo.
El lector que escucha
Y como ellos, el lector queda atrapado por ese ruido, plasmado con maestría por Diego Sánchez Aguilar en el papel. Porque su texto no solo describe situaciones, sino que, párrafo a párrafo, como quien pela una alcachofa, va horadando la realidad, las convenciones sociales, hasta dejarnos a todos en pelotas, desnudos ante una realidad tan absurda como real.
Este libro te agarra de las solapas, te zarandea y te empuja ante una realidad que, por mucho que nos empeñemos en no mirar, está ahí
Así, el que lee se convierte rápidamente, en unas pocas páginas, en uno más de los que escuchan. Porque este libro es de esos de los que te agarra de las solapas, te zarandea y te empuja ante una realidad que, por mucho que nos empeñemos en no mirar, está ahí.
Y no me refiero solo al cambio climático y todas esas peroratas de panfleto, si no al drama de ser humano, de estar vivo en un mundo en el que nos cuesta tanto escucharnos los unos a los otros y en el que sobrevive no el más fuerte ni el más inteligente, sino el que sea capaz de mirarse más el ombligo sin levantar la cabeza de su propia realidad.