Laura Falcó
Editorial: Edhasa
Año de publicación original: 2024
"Pasen a ver el circo" decía una de las canciones más famosas de los Payasos de la Tele. Gabi, Fofó y Miliki no daban miedo. Querían atraer a su función a todos los niños españoles de los años 70 y 80 del pasado siglo. Y, maldita sea, vaya si lo consiguieron. Pero, lejos de los ojos de estos tres hombres entrañables, el circo podía ser inquietante. Incluso terrorífico como el de Anomalía.
El circo da para muchas interpretaciones. Vamos a dejar de lado todo lo relacionado con el trato y el uso de los animales en estos espectáculos. No viene al caso. Lo que sí que nos compete en esta novela es todo lo relacionado con los personajes que lo habitan.
A principios del siglo XX el circo fue un imán para los 'outsiders'. Los llamados 'freaks'
El circo es y, sobre todo, fue un imán para los outsiders, para los personajes que se quedan fuera de nuestro día a día. Gente con malformaciones, con deformidades de nacimiento. Los mal llamados freaks. Hubo un tiempo a principios del siglo XX en que muchas personas con discapacidad sólo tenían cabida en los circos. Allí se hacía negocio de sus diferencias.
Se lucraban a costa de una mezcla genética y una suerte desfavorables. Los enanos, la mujer barbuda, los gigantes, la microcefalia... Eran unos incomprendidos y apestados pero en el circo encontraban un sitio donde podían llegar a sentir que formaban parte de algo. Ser "casi" familia.
La niña del vudú
Y es en este caldo de cultivo donde transcurre buena parte de la historia de Anomalía. Todo arranca con una bebé de dos añitos. Una pequeña encerrada en un armario para que sea devorada por las llamas de un incendio. ¿Qué monstruo querría acabar con la vida de un bebé inocente?
La historia de este libro arranca con una bebé de dos añitos encerrada en un armario para que sea devorada por un incendio
Pero muy pronto vemos que no todo es tan sencillo. El bombero que salva a la pequeña muere poco después en unas circunstancias extrañísimas. Existe un halo en torno a ella cargado de mal rollo y perspectivas de lo más funestas.
Y aquí es donde ese "el circo podía ser inquietante" que decía antes adquiere todo su significado. Mara, que así se llama la niña, acaba siendo adoptada por una pareja que trabaja y vive en un circo. No pueden tener hijos y quieren darle un hogar y colmarla de amor. La peque es extraña, casi no habla y rehúye el contacto físico aunque con el tiempo logra ser una niña prácticamente normal salvo por un detalle. Es capaz de predecir la muerte y de hablar con el más allá.
Estando en un circo, ¿qué mejor que transformarla en pitonisa y convertirla en el número central del espectáculo? Ya podréis intuir que es una idea nefasta. La situación se va volviendo cada vez más complicada y la madre adoptiva no ve más solución que buscar los orígenes de Mara y saber por qué le ocurre lo que le ocurre. Aquí me quedo. Solo deciros que en esta (malrrollera) historia hay un pequeño papel reservado para la famosa reina el vudú Marie Laveau.
Lo real detrás de lo ficticio
Laveau fue una mujer real y mundialmente famosa en el siglo XIX por su relación con el vudú y la ciudad estadounidense de Nueva Orleans. Se casó dos veces. Del primer matrimonio tuvo dos hijos aunque tanto ellos como su marido desaparecieron en "extrañas circunstancias". Parece ser que calmó su dolor a través de la magia negra. Se convirtió en una mujer de la época muy respetada y temida, inspirando tiempo después de su misteriosa muerte multitud de series, canciones y películas.
Ahora aparece también en Anomalía como parte de una estrategia de su autora para localizar la novela en un periodo histórico verosímil. Tan verosímil como la magia negra deja que esta historia sea, claro. Por cierto, entre sus páginas también desfila Harry Houdini. Un clásico de las historias que hablan de magia.
A devorar páginas
Laura Falcó, que sabe bien lo que es escribir libros con la muerte como protagonista, tiene en esta novela una historia que no se lee, se devora. Es muy entretenida y provoca sentimientos tremendamente viscerales. Pura empatía hacia sus personajes principales que se ven envueltos en un embolado donde no son capaces de ver por dónde le vienen los golpes.
'Anomalía' provoca inquietud y unos sentimientos tremendamente viscerales
Son personajes que ya traen consigo unas taras emocionales evidentes por ser tratados como monstruos de circo, aunque la autora nunca se recrea en ello y los colma de humanidad. Lo integra y lo normaliza como parte del día a día de unos seres que son arrollados por un poder que ni entienden, ni llegan a comprender.
Anomalía también provoca inquietud. Me he encontrado muchas veces intentando anticiparme a lo que está a punto de pasar en la novela buscando con el rabillo del ojo en la página siguiente. Es la ansiedad que provocan unas escenas muy bien descritas que, sin llegar en ningún momento al terror, sí que te colocan unas cosquillas en el estómago que solo se mitigan leyendo un poquito más.
Estamos en definitiva ante un libro que os va tener entretenidísimos. Y eso, en una época en la que tenemos tantos estímulos, tantas opciones y tanto donde volcar nuestro tiempo de ocio, sí que es magia negra de la buena.