Egill Bjarnason
Traducción: Juan Naranjo
Editorial: Capitán Swing
Año de publicación original: 2021
Habiéndose puesto de moda últimamente para el público mainstream por ser escenario de algunas escenas de Juego de Tronos, ubicada por el gafapastismo global por Björk y Sigur Rós y por los eurofans por el Festival de la Canción, Islandia se presenta al mundo cómo uno de los países más genuinamente extraños de Europa.
Islandia ha forjado su identidad con los vikingos, borrachos y pescadores que se han atrevido a parar en la isla
Un país "recientemente" habitado (apenas en el siglo I d. C.) y recientemente independizado (en 1944 se separaron de Dinamarca), que ha forjado su identidad con los vikingos, borrachos y pescadores que se han atrevido a parar en él. Un país machista y feminista a la vez, organizado en torno al nepotismo en el que apenas pasa nada... hasta que pasa y cambian el rumbo de la humanidad, como analiza el periodista Egill Bjarnson en Cómo Islandia cambió el mundo, un libro tan interesante como entretenido.
Qué hace un vikingo como tú...
Vinland, como Macondo a Colombia, Comala a México o Misent a Valencia, está intrínsecamente ligada a la historia islandesa, aunque, al revés de lo que ocurre con las otras mencionadas, Vinland sí es real. Se trata de una pequeña población en lo que hoy sería Terranova, en Canadá, en la que los islandeses se establecieron quinientos años antes de que Cristóbal Colón le contara al mundo que había descubierto un nuevo continente.
Sería canon que un islandés, por tanto, fuera descubridor del Nuevo Mundo, pero como no lo contó ni supuso una revolución, hemos de seguir con la ilusión de que fue nuestro marinero quien puede atribuirse el mérito. Pero en el imaginario islandés, a través de su cultura oral, Vinland ocupa un lugar especial en las sagas de la isla, algo así como nuestros Cantares de gesta, pero con señores con barba que navegaban.
Los islandeses se establecieron en América 500 años antes de que Cristóbal Colón "descubriera" un nuevo continente
Esta es una de las contribuciones, si se puede llamar así, de Islandia al mundo. Una contribución que en palabras de Egill Bjarnason resulta más propia de una comedia de enredos deShakespeare que de los honores y golpes en el pecho que suelen caracterizar los recorridos patrióticos. Pero es que Islandia, como cuenta el propio Bjarnason, no es un país cualquiera.
Apartado del resto, ha sabido contribuir, o ha contribuido sin querer, como Steve Urkel a las tramas de 'Cosas de Casa', por pura torpeza o casualidad. Como aquel 8 de junio de 1873 en que uno de sus volcanes reventó, mató a 9.000 personas en Islandia, cubrió los cielos de Europa y en los años siguientes desató tal desastre alimentario que acabó desembocando en una revuelta parisina que la historia llamó La Revolución francesa. ¿He sido yo?
Hacer el humor y no la guerra
Como esta, otras anécdotas trufan Cómo Islandia cambió el mundo con la mirada mordaz de su autor.
Un país que favoreció la creación del Estado de Israel, ayudó a llevar un hombre a la Luna y fue clave en la Guerra Fría, merecía un libro así
Un viaje apasionante por la historia de un país en el que no quiso vivir nadie hasta hace relativamente poco; con menos población que la provincia de Albacete; cuyos habitantes se suelen llevar los laureles en las competiciones del hombre más fuerte del mundo; a los que se les prohibió la cerveza hasta casi los años 90 porque beberla era una costumbre danesa y se consideraba poco patriota; que hasta la II Guerra Mundial no conocían una regla de cortesía como ceder un asiento a una mujer y que, sin embargo, acabaron sentando en la silla de presidencia a una por el mandato más largo de la historia reciente del mundo.
Un país que de casualidad favoreció la creación del Estado de Israel, ayudó a llevar un hombre a la Luna y acogió una pieza clave de la Guerra Fría, merecía un libro así.