Thomas Piketty
Traductor: Daniel Fuentes
Editorial: Deusto
Año de publicación original: 2024
El filósofo Walter Benjamin capturó la esencia de la historia en la forma de un ángel. Una visión que con sus alas extendidas avanzaba hacia el futuro dejando a sus espaldas las ruinas del progreso. Aquel ángel no podía detenerse a reconstruir, mirando perpetuamente hacia un futuro que deja tras de sí el rastro de su propia destrucción.
Aquella visión desangelada, nunca mejor dicho, de la noción de progreso se ilustró hace casi un siglo. Hoy, pensadores como Thomas Piketty ven en nuestro devenir un signo de que la batalla contra la desigualdad no está perdida.
En Hacia un socialismo ecológico, el investigador francés recopila sus columna escritas en los últimos cuatro años. Textos en los que pone de manifiesto las posibilidades que aún le quedan a nuestro futuro de no ahondar en los errores del pasado.
¿Cómo cambiar el mundo?
Si se preguntan el cómo, no se preocupen. Piketty no exige, por ahora, una llamada a las armas ni a levantar barricadas frente a los establecimientos de Inditex. Parte de la solución, pasa (oh, sorpresa), por reducir la brecha de la riqueza y pedirle a los millonarios un esfuerzo mayor. Pero también es imprescindible, dice, un "replanteamiento profundo de la actual lógica del mercado capitalista".
Thomas Piketty ve en nuestro devenir un signo de que la batalla contra la desigualdad no está perdida
Para ello plantea un cambio de mentalidad en la producción: "Sectores enteros, empezando por la energía, el transporte y la construcción, deben abandonar una lógica puramente lucrativa". ¿Cómo? "Abogando por normas públicas extremadamente estrictas y con sanciones disuasorias para quienes las incumplan".
El escritor explica que "si el siglo XX fue el de la socialdemocracia, el XXI será el del socialismo ecológico, democrático y participativo". Una afirmación que viene acompañada de medidas como la renta universal o imposiciones fiscales mayores para las grandes fortunas. Y si les suena utópico, Piketty apunta también a algunos de los precedentes que ya están haciéndolo posible.
El Covid: la crisis que lo cambia todo
Buena parte de los escritos aquí publicados fueron concebidos durante la crisis del coronavirus. El concepto de solidaridad internacional se tuvo que reformular para hacer frente a la pandemia y Piketty utiliza precisamente la condonación de la deuda generada por el virus como ejemplo. Fueron años de "financiarización de la economía" con préstamos sin precedentes, a largo plazo y concedidos a diestro siniestro frente al peligro de una quiebra de la economía global.
Parte de la solución pasa por reducir la brecha de la riqueza y pedirle a los millonarios un esfuerzo mayor
Pero el investigador advierte que esta deriva ha provocado que los ricos sean aún más ricos en el transcurso del aumento de la deuda pública y de un baile de compraventa de activos que ha provocado que "las 500 mayores fortunas de Francia han pasado de 210.000 a 730.000 millones de euros entre 2010 y 2020". Una deriva que el autor define como "social y políticamente insostenible".
Piketty propone algo tan simple como reinvertir dicha deuda en la "creación de trabajos y el aumento de los salarios en sectores claves como el de la sanidad o la educación". Frente a estas desigualdades, hay que promover la desaparición de sistemas bancarios públicos y evitar la proliferación de las criptomonedas. De no hacerlo, estaríamos ante una situación que terminaría por imposibilitar la creación de una renta básica universal con la que paliar estas diferencias entre ricos y pobres.
Un cambio de paradigma
Si la covid puso de manifiesto muchos de estos problemas y desigualdades, la debacle democrática de Estados Unidos desde el asalto al Capitolio también ha incidido un peligroso cambio de paradigma. Piketty observa con preocupación la división en la intención de voto entre la población blanca, republicana en su mayoría, y el resto de minorías raciales. Una tensión que trae a colación el racismo y las motivaciones segregadoras que el país no terminó de dejar atrás tras la guerra de secesión en 1865.
A ese cambio de paradigma se le suma el del aumento de la influencia china. El investigador sostiene que, a pesar del asfixiante peso del Estado y del Partido Comunista de China, el país cuenta con herramientas mucho más eficaces a la hora de redistribuir, por ejemplo, su deuda pública. Frente a la opacidad del país y sus tintes de sistema autoritario, encontramos también un sector público mucho mejor financiado y fuerte que el de los estados occidentales.
Piketty se ha convertido desde hace ya varias décadas en una de las voces de referencia de la izquierda europea
La invasión de Ucrania también puso de manifiesto la inoperancia de las sanciones occidentales. El escritor afirma que dichas penalizaciones han afectado en mayor medida a "la población de a pie rusa que a los oligarcas que se benefician de la guerra". El resultado sigue siendo el mismo: "Los países occidentales sólo podrán ayudar a construir un mundo posmilitar y poscolonial yendo mucho más lejos en el derecho y la justicia".
Una estrategia que no se siguió con las atrocidades cometidas por Netanyahu en Gaza. Piketty señala a Europa como receptora del 35% de las exportaciones de Israel. Sin embargo, ni una sola medida sancionadora fue adoptada desde el comienzo del conflicto y desde que se anunciasen los primeros indicios de genocidio reconocidos, entre otros, por una de las relatoras de la ONU, Francesca Albanese.
"La UE ha contribuido a debilitar la izquierda israelí", explica Piketty. Aunque añade: "Existe una izquierda viva e innovadora en Israel y Palestina, sobre todo entre los jóvenes". La posibilidad de un futuro en paz pasa para el autor por iniciativas como la de A land for allque persigue la coexistencia de musulmanes, católicos y judíos. Aunque la creación de dicho estado tendría también que enfrentarse a la desigualdad salarial. En Gaza el salario medio es de 500 euros frente a los 3.000 de Israel.
Hacia un socialismo ecológico
Thomas Piketty se ha convertido desde hace ya varias décadas en una de las voces de referencia de la izquierda europea. El capital en el siglo XXI le hizo saltar a la palestra con un estudio histórico que se alejaba de los discursos maniqueos o meramente europeístas. La palabra utopía no termina de encajar con las teorías del francés. Demasiado pragmático para resultar lejano, aunque demasiado bueno para ser real.
En esta recopilación de artículos, propone posibilidades a nuestra forma de vivir y a la praxis de los estados occidentales. Una lección de humildad, para mirar hacia la historia de nuestras naciones sin el aparato propagandístico que el sistema capitalista propone.
A través de estos artículos entre 2020 y 2024, Hacia un socialismo ecológico da las claves para detener nuestro tiempo y reflexionar sobre el futuro que deseamos. Leer a Piketty es, sin duda, un ejercicio de optimismo lo suficientemente plausible como para que termine por hacerse realidad.
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