Hermanas Greemwood

Fecha de publicación original: 2024

Editorial: Planeta

De lo friki a lo mainstream, el viaje de la fantasía en lo que llevamos de siglo XXI es un fenómeno literario bastante interesante de analizar. No podemos negar el poder de lo audiovisual, las adaptaciones al cine y a la televisión de El señor de los anillos y de Juego de Tronos, por ejemplo, pero tiene que haber algo más que empuje a millones de adolescentes por todo el mundo a consumir unas historias que abarcan varias novelas de cientos de páginas cada una.

Cuenta con mi espada

Cuando allá por 2001 se estrenó La comunidad del anillo, apenas conocía a un puñado de personas que hubieran leído las novelas en las que se basaba. Ahora todo el mundo te dirá y jurará que ellos ya lo conocían de antes, pero no les hagas caso, mienten.

Lo que sí despertó la película de Peter Jackson fue las ganas de leer las novelas, desatándose entonces la absurda batalla entre los que se decían fans originales y los que solo lo eran advenedizos. Entre tú y yo, qué más da, lo importante es leer. Y mientras todo esto pasaba, un estadounidense llamado George R. R. Martin publicaba Tormenta de espadas, el tercer volumen de la saga Canción de hielo y fuego que la cadena HBO acabaría convirtiendo en un fenómeno mundial llamado Juego de Tronos en 2011.

La fórmula novela/saga/adaptación lleva siendo una constante en la literatura principios de este siglo

Cuanto más populares se hacían estas historias más fácil era encontrar otras similares en las librerías, como Eragon, la primera de la saga El legado, que surgió en aquel entonces recogiendo esa variante de los dragones. Y entonces llegó en 2005 Crepúsculo, la primera de la saga de Stephenie Meyer que arrasó fundamentalmente entre las adolescentes. Y esta es una de las mayores aportaciones de la saga de los vampiros: genera una comunidad de fans entre un público al que parecían no estar destinadas las otras obras que hemos mencionado. Las adolescentes leen mucho y son capaces de generar en torno a sus aficiones una comunidad extraordinaria, solo hay que ver el llamado "fenómeno fan" que se inició con The Beatles, pasando por grupos como Take That, Backstreet Boys o ahora Taylor Swift. No me vengáis a pegar, todavía no, los hombres también generan estos vínculos, pero por su educación suelen funcionar de esta manera.

Que por qué hablo de todo esto, porque la fórmula novela/saga/adaptación lleva siendo una constante desde entonces. No podemos dejar de nombrar Memorias de Idhún de Laura Gallego, Alas de Sangre(que todavía no se ha adaptado) y la archifamosa Los juegos del hambre, de Suzanne Collins, de la que La tierra de los Dorados bebe directamente.

Que dé comienzo...

Como en la distopía de Collins, La tierra de los Dorados comienza con un macabro ritual al que un pueblo somete a los primogénitos que cumplen 25 años: la Expiación de los Pecados. Un ritual que consiste en que el hijo mayor de cada familia, llegado a esa edad, tiene que cruzar un camino dándose latigazos en la espalda. Mientras, les tiran piedras hasta llegar a las puertas de un templo en el que una serie de dioses elegirán a sus favoritos para pasar a la siguiente prueba. Los no elegidos son asesinados a sangre fría.

Esta novela arranca con un macabro ritual al que un pueblo somete a los primogénitos que cumplen 25 años

A partir de aquí, la historia de las Hermanas Greemwood (seudónimo de Beatriz Blanco y Natalia Martín) ya no tiene nada que ver directamente, pero sí recoge muchos de los elementos que he ido mencionando en el texto, siendo el amor uno de los puntos fuertes. Como ya comentamos en Ahora Qué Leo con motivo de la serie Una corte de rosas y espinas, uno de los elementos más característicos de estas novelas destinadas a adolescentes es el 'picante'. Ciertos toques de literatura erótica que se mezclan con la aventura protagonizada por una joven aguerrida.

No esperen una novela de Megan Maxwell, ni mucho menos, pero sí es importante, vamos, fundamental, la relación de la protagonista, Elyana, con Sorën, la deidad que la eligió para formar parte de su grupo. Apasionante y llena de aventuras, sus autoras dan exactamente lo que su público pide. Y hay que agradecer proyectos así que consiguen dar en los morros a aquellos que se empeñan en creer que a los jóvenes no les interesa la literatura.