Editorial: Cúpula

Año de publicación original: 2024

Vamos a jugar un poquito. Bueno, la verdad es que el ejercicio que os propongo es lo mismo que hacemos casi siempre a la hora de ponernos con una novela: convertirnos en su protagonista. Por eso creo que no es un juego difícil. Imaginemos: Verano de 2002, la ola de calor más sofocante registrada nunca (luego llegaría la de 2003 y dejaría esta en nada), y tú, Lucía Romasanta.

Estás redactando horóscopos, porque tu trabajo es justo eso, escribir qué le va a deparar a cada uno su signo zodiacal. Y mientras estás enfrascada en eso intentas que tu hijo no se quede pegado al sofá por la humedad.

Todo parece normal, hasta que, en tu correspondencia diaria llena de peticiones y preguntas sobre el destino aparece una carta extraña. No es de Hacienda ni de un admirador cursi. Es mucho peor. Ese escrito te acusa de ser responsable de una muerte... si no actúas rápido para solucionarlo. Alguien sabe cosas y te quiere llevar por la calle de la amargura. Así arranca Mi querida Lucía, donde cada carta eleva las apuestas y los niveles de paranoia.

La Vecina Rubia cambia de registro aquí sin perder del todo su toque personal

Lucía es la típica mujer que te caería bien en cualquier sobremesa, pero aquí no tiene tiempo para chistes. Las cartas anónimas le sacuden el día a día. Es la sección más famosa de la revista en la que trabaja y en una era pre redes sociales, estas misivas eran la forma más rápida y cercana de llegar a alguien.

Serán algunas de esas cartas las que provocarán que pronto se encuentre en el centro de una investigación policial apodada Caso del horóscopo. Sí, suena un poco a título de serie de sobremesa, pero la historia engancha desde el primer momento.

Mientras se enfrenta a este juego siniestro, Lucía se pregunta si su trabajo como astróloga realmente puede influir en los destinos de las personas. No es solo un viaje externo, sino también interno, donde la línea entre culpa, azar y destino se difumina.

Suspense y horóscopos

La Vecina Rubia, famosa por su humor y su amor por los brillos, cambia de registro aquí sin perder del todo su toque personal. Aunque la historia se mueve en el terreno del thriller, no es tan oscura como para quitarte el sueño. Hay tensión, claro, pero también esos momentos de humanidad que te hacen sonreír, aunque sea de manera nerviosa. Y precisamente, nerviosismo (y muchas ganas) es lo que parece que ha primado antes del lanzamiento de Mi querida Lucía.

¿Por qué digo esto? Porque las cifras de preventa han sido escandalosas y han convertido a esta novela en un fenómeno antes siquiera de salir a la venta. Hablamos de, nada menos, 25.000 ejemplares de preventa. 25.000 libros vendidos antes siquiera de salir a la luz y esos, son muchísimos libros.

Si te gustaron los giros de Perdida de Gillian Flynn o el ritmo de La chica del tren de Paula Hawkins, probablemente encuentres en Mi querida Lucía una propuesta más relajada, pero igual de intrigante. Y si eres de los que disfrutan viendo cómo una protagonista aparentemente normal se convierte en una detective accidental, aquí te vas a encontrar de lo más a gustito.

Sabor local

El ambiente opresivo de un pequeño pueblo español, donde todo el mundo parece saber algo pero nadie dice nada, se convierte en un personaje más de la historia. Esa sensación de que las paredes tienen ojos, de que los secretos se esconden en cada esquina, eleva la tensión. La autora juega con los clichés del género de manera astuta, sin abusar de ellos, y nos ofrece una perspectiva relativamente fresca.

La autora juega con los clichés del género de manera astura, sin abusar de ellos

Mi querida Lucía no es el típico thriller que te dejará sin dormir, pero sí te hará leer hasta altas horas de la noche para saber quién está detrás de esas cartas. Es un libro que mezcla misterio, drama personal y un toque único de astrología que le da el toque original para que la historia no te suene a algo ya visto. Perfecto para quienes buscan una historia intrigante sin caer en excesos ni complicaciones imposibles de seguir. Quién sabe, quizás descubras que tu horóscopo no es tan inocente como pensabas.

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