Corría el año 1971 y, al más puro estilo Woodstock, y en pleno franquismo, un grupo de valientes celebró en España el primer festival de música multitudinario, de 20 horas de duración. El festival de música progresiva de Granollers.
Uno de los asistentes fue Pepe Ribas. "Fueron los primeros festivales al aire libre y es donde empieza el primer underground". Esos conciertos reunieron a miles de jóvenes con ganas de cambio. "Yo les comuniqué que quería hacer una revista libre e independiente porque pensaba que había mucha gente como nosotros que quería ser libre".
Ajoblanco como respuesta
Y dos años después, en 1973, nace 'Ajoblanco',una revista que abandera la contracultura con un claro y ambicioso objetivo. "Cambiar la creatividad y cambiar el mundo". Era un tipo de prensa que quería ser independiente y crear sus propios canales. "Nosotros queríamos transformar la vida cotidiana y la transformamos. Y no teníamos miedo".
Con temáticas transgresoras llegaron a acometer contra la censura, que prohibía, entre otras cosas, películas de Kubrick como 'La naranja mecánica'. "Y de 'La naranja mecánica', nosotros sacamos 'La fallera mecánica'y entonces cogieron una travesti la pusieron en la ofrenda de las flores, fue recogido en un especial 'Ajoblanco Fallas' que era la reivindicación de la fiesta popular mediterránea sin corsés".
Nada más publicarse, Arias Navarro ordenó la suspensión de la revista durante cuatro meses. Pero no fue solo ese episodio. "Los cómics del Nazario en este momento estarían prohibidos. ¡Vamos! ¡Estarían en la cárcel! Y yo creo que 'Ajoblanco' y la revista 'Star' estarían multadas... muchísimo más que entonces".
Ahora una exposición nos permite transitar ese universo. Canti Casanovas, el comisario de la misma, cree que este era el momento adecuado para hacerla. "Es importante para la memoria colectiva. Y ha sido bastante difícil. Solo en documentos museográficos hay más de 700... y esto es complicado".
La memoria del Underground
Documentos compilados en un tomo a modo de enciclopedia del underground de los 70. Un libro que para Pepe Ribas puede servir para "construir una memoria real, auténtica. Hay mucha emoción en esta exposición". Una muestra que reúne todos los ingredientes con los que se reivindicó esa ansiada libertad.