"Madrid es una ciudad que se quiere poco, menos de lo que debería". Estas fueron algunas de las palabras que la escritora Almudena Grandes pronunció uno de los días más felices de su vida. Fue el 21 de mayo de 2008, junto a la entonces alcaldesa Manuela Carmena y desde el balcón del Ayuntamiento en la plaza de la Villa. Almudena Grandes fue la encargada de dar el pregón de las fiestas de San Isidro.
Aquel 21 de mayo la escritora, militante de Madrid, defendía que "frente al narcisismo contumaz de los habitantes de otras capitales, que alardean de no viajar porque afirman que la suya ya es la ciudad más bella del mundo, muchos madrileños se pasan la vida diciendo que esto es un asco y que se van a ir, aunque nunca se vayan".
Grandes, que nació muy cerca de la calle Barceló, en el corazón del barrio de Tribunal, se sentía "muy de Madrid". Algo que queda patente en sus libros. Disfrutaba paseando por las calles, hablando con la gente, yendo a comprar al mercado de Barceló... "Almudena era muy gata. Había algo en ella, en su manera de ser, en su manera de hablar, muy madrileño", retrata su amigo Benjamín Prado durante un recorrido junto a laSexta por el Madrid de Almudena Grandes.