Todo Estados Unidos se mantenía pegado a la radio. Los aliens habían llegado a la Tierra. Por supuesto, la noticia era falsa, una muestra del talento del joven Orson Welles, que consiguió engañar a una nación entera con la noticia más inverosímil posible. Pero, si se decía en la radio, debía ser cierto. ¿no? La intención de Welles no era realmente expandir un bulo, pero demostró el poder de la prensa para convertir mentiras en verdades.
En 1835, un periódico sensacionilsta estadounidense The Sun daba a conocer los descubrimientos de un astrónomo sobre la luna. Según el artículo, el científico había astisbado desde su telescopio a castores vípedos y hombres murciélagos que vivían en el satélite. La historia se hizo viral, llegó hasta Europa y las ventas del periódico pasaron de 4.000 a 19.000 ejemplares en pocos días.
Este es el nacimiento de las fake news en el mundo que hoy conocemos. No se trata tanto de simples mentiras, sino de los intereses que se esconden detrás de ellas.
Intereses tras las fake news
Un ejemplo es 'la teoría del dominó' que los medios y políticos estadounidenses utilizaron para desacreditar a aquellos que se oponían a la Guerra en Vietnam. Básicamente, utilizaban el argumento de que si Vietnam caía en manos comunistas, todo el sudeste asiático también lo haría. Una gran amenaza que justificaba, por tanto, la invasión norteamericana.
En 2002, el presidente George Bush acusó a Irak de tener armas de destrucción masiva basándose principalmente en los editoriales escritos por la periodista Judith Miller en el New York Times. En ellos se afirmaba que en 2001 Irak había producido armas biológicas y de destrucción masiva. La información nunca fue verificada, y en 2014 el periódico se disculpó públicamente admitiendo que ''habían alimentado la Guerra en Irak''. Que un periódico como el New York Times admitiese este hecho supuso un golpe más en la credibilidad de los medios de comunicación.
"Las fake news invaden la información, no nos creemos las noticias verdaderas"
"En la medida en que las fakes news invaden la información, ocurre que ya no nos creemos las noticias verdaderas", cuenta Miguel Albero, autor de 'Fake: la invasión de lo falso' (Espasa, 2020).
Internet, el gran aliado
Entonces llegó Donald Trump y su repetitivo "you are fake news" con el que acusa a la prensa de difundir mentiras.
Atacar a los medios de comunicación es desacreditarlos. Todas las noticias pueden ser falsas, y bajo el imperio de internet todo el mundo tiene el poder de generarlas. "Antes, la noticia venía empaquetada en un medio, dicho por un autor, esto te daba la credibilidad de quien lo hacía. Ahora eso ha desaparecido", asegura Albero.
"Cuando no nos gusta la realidad, nos inventamos una nueva"
Durante la campaña presidencial de 2016, las fake news alcanzaron casi los nueve millones de visitas, mientras que las noticias verdaderas solo llegaron al millón y medio.
'Fake: la invasión de lo falso' analiza las circunstancias que nos han llevado hasta aquí. "Cuando no nos gusta la realidad que tenemos delante, lo que hacemos es inventarnos una nueva en lugar de cambiarla", asegura el autor.