Los pasatiempos son a nuestro cerebro lo que el crossfit a nuestra musculatura. Se usaron en la II Guerra Mundial para reclutar a los, llamados, descifradores de códigos para que lograsen desentrañar la máquina con la que los nazis pretendían ganar la guerra, la Ingenio. Hasta Agatha Christie se declaró ferviente seguidora de estos rompecabezas que llegaron a España en 1973.
Quiz fue la primera revista española de pasatiempos que se publicó. Nacía en pleno régimen franquista, y hasta sus crucigramas y palabras cruzadas eran sometidas a la lupa de la censura. "Teníamos un censor en la redacción que revisaba sobre todo que en las imágenes no aparecieran escotes", cuenta Mari Ángeles. Lleva 38 años en el equipo de diseño gráfico de la revista y cuando nos enseña cómo fue su primera portada reconoce, entre risas, que esa foto de una mujer enseñando las piernas sería hoy “impensable”.
"Teníamos un censor en la redacción que revisaba sobre todo que en las imágenes no aparecieran escotes"
Cinco décadas de cambio
Desde su escritorio, con el software de edición digital con el que trabaja, nos ayuda a imaginar cómo era ese "photoshop a mano" que utilizaban para ilustrar la revista en los 70: "Estas caras las dibujábamos con un (rotulador) Rotring". En casi cuatro décadas ha visto evolucionar la publicación que fue incorporando, entre otros, los sudokus y juegos de cálculo matemático que triunfaban en los países asiáticos. Testigo de todas las transformaciones que han ido sufriendo estos ejercicios que entrenan nuestro ingenio nos confiesa cómo debe ser un buen pasatiempo: "ameno, con calidad y que no tenga ningún fallo".
Con esa premisa, Ion Chocarro lleva casi 20 años creando crucigramas. Nos cuenta que su padre le inculcó la pasión por los pasatiempos y que, de niño, le divertía inventarlos en casa. Siguió desarrollando su afición hasta tal punto que un día llamó a Quiz y se ofreció como crucigramista. Ahora tiene una nutrida base de datos para no repetir contenidos y poder crear desafíos diversos; y no escatima en consultar a fuentes diversas "teníamos que poner en un crucigrama la moneda de Haití que se llama 'gurde' y una compañera llamó a la embajada de Haití para preguntar exactamente cómo se llamaba en castellano", nos cuenta.
"Teníamos que poner en un crucigrama la moneda de Haití que se llama gurde y una compañera llamó a la embajada de Haití para preguntar exactamente cómo se llamaba en castellano"
Pasar del papel a lo digital
Gracias a esos trabajados pasatiempos han hecho frente al desafío de la digitalización, que también complementa su revista en papel pero en ningún caso ha logrado desbancarla. En España se venden al año 50 millones de ejemplares de revistas de pasatiempos y en el caso de Quiz el 95% de sus ingresos provienen de la publicación impresa. Mantienen, además, una curiosa relación analógica con sus lectores que cada semana les envían centenares de cartas que se acumulan en la redacción con creativos diseños artesanales dibujados a mano.
Y además de entretenernos los pasatiempos han demostrado tener propiedades terapéuticas. David Wakefield, el responsable de la editorial que publica Quiz en España señala que "en enfermedades como el alzhéimer o la demencia está totalmente recomendado por neurólogos".
Con estos mimbres se ha ido entretejiendo un nutrido catálogo de publicaciones con temáticas diversas. Y en plena época estival, las hay incluso que nos invitan a viajar desde sus páginas. Es el caso de Cuaderno de ejercicios para mentes viajeras. Núm. 3 (GeoPlaneta, 2023) que presenta entretenidos rompecabezas, juegos de agudeza visual o test de cultura general salpimentados con interesantes datos sobre diferentes lugares del mundo. Un libro que además de poner a prueba nuestro intelecto puede servirnos de inspiración para programar nuestro próximo destino vacacional.