El verano es una de las épocas del año donde más viajes en avión se realizan y entre 1 y 2,5 personas que viajan en este medio sufren el llamado 'síndrome de la clase turista' que está relacionado especialmente con aquellos vuelos de larga duración y donde por tanto, estamos más tiempo sentados, sobre todo en clase turista donde el espacio es más estrecho y limitado. Nuestro corazón y salud cardiovascular se pueden ver perjudicados.
A este síndrome que se propuso por primera vez en el año 1977, dedica la revista de la Fundación Española del Corazón (FEC) su último artículo por ser "problema clínico potencialmente peligroso"; pero que como dicen los expertos, se puede prevenir adoptando las medidas adecuadas.
Tal como apunta este informe de la FEC, cuando pasamos largo tiempo en el avión, en ese especio de asiento tan reducido, "se produce una inmovilidad prolongada de las piernas que dificulta la circulación sanguínea y favorece la formación de trombos en las venas, con el consiguiente riesgo para la salud".
De este modo y según detalla el Dr. Francisco Marín, cardiólogo del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia) en dicho documento de la FEC, esta situación puede incrementar el riesgo de Enfermedad Tromboembólica Venosa (ETEV) y el riesgo de padecerlo "aumenta un 26% por cada incremento de 2 horas de viaje".
Ese riesgo -asegura- se produce porque al estar sentado porque se comprime la circulación, tanto en la zona inguinal como en la rodilla, dando lugar a un flujo venoso enlentecido en la zona de las pantorrillas. El primer caso comunicado de 'síndrome de la clase turista' tras un vuelo, se publicó en 1954 que fue el caso de un hombre que estuvo más de 14 horas de vuelo entre Venezuela y Boston.
Causas y medidas para disminuir el riesgo
Es importante tener en cuenta también otros factores de riesgo que pueden aumentar más aún esta situación y éstos tienen que ver con la persona en sí. Según informa el doctor Marín, estos factores son
la obesidad, la toma de fármacos anticonceptivos, terapia hormonal o el tabaquismo o condiciones que aumentan el riesgo de trombosis, como el cáncer, la cirugía reciente o el embarazo.
No obstante, el doctor de la FEC aclara cuáles son los síntomas que pueden hacernos hacernos sospechar de una trombosis venosa o un un embolismo de pulmón. En el primer caso, los síntomas serían
el entumecimiento, el hinchazón y el dolor de las piernas, la hinchazón: Y en el segundo caso, los síntomas serían fundamentalmente, la sensación de falta de aire, el aumento de la frecuencia respiratoria, el dolor torácico, e incluso la sensación de intranquilidad y la dificultad para respirar.
Para reducir los riesgos de este 'síndrome de la clase turista', la FEC aconseja la realización de estas tres medidas:
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- Tener una buena hidratación: se recomienda beber unos 200 ml cada hora, y se desaconseja el consumo de bebidas alcohólicas que provocan la deshidratación.
- Uso de las medias de compresión: porque la presión es mayor a la altura de los tobillos.
- Según la FEC, se ha planteado también el tratamiento con aspirina a dosis bajas, incluso heparina, pero sólo en pacientes muy indicados.