Psicología

Las claves de una psicóloga para saber si somos compatibles como pareja: "Las relaciones no tienen que ser perfectas, sino suficientemente buenas"

Relaciones sanas Verónica Portillo, psicóloga y terapeuta de parejas, nos explica cómo saber si somos o no compatibles con nuestra pareja, ya que "la compatibilidad importa" para construir relaciones satisfactorias.

Una pareja agarrada de la mano. Una pareja agarrada de la mano. FreePik

Uno de los aspectos fundamentales para saber si una pareja funciona o no es la compatibilidad que tengan ambos miembros de la pareja para construir relaciones sanas, que es lo verdaderamente importante cuando hablamos de amor y relaciones, olvidándonos de aquellos mitos del amor romántico que tanto daño han hecho, y hacen, a muchas personas.

Compatibilidad entendida como los valores o los planes de vida que tengan ambos miembros de la pareja. Como explica Verónica Portillo, psicóloga, terapeuta de parejas y autora del libro 'Amar bien, querer mejor', una guía para construir vínculos sanos, "la compatibilidad va a depender en gran medida de nuestra forma de estar en el mundo, ya que cada persona da más importancia a unos aspectos que a otros".

Por tanto, una de las claves, sostiene la experta, sería el autoconocimiento: "Si lo trabajamos, podremos identificar más fácilmente qué necesitamos o qué queremos de alguien. Es decir, qué queremos realmente que ese alguien nos ofrezca de base para comenzar a vincularnos".

Así, una vez sepamos qué queremos y qué no, otra de las claves para saber si somos o no compatibles con ese alguien que estamos conociendo es compartir proyectos de vida afines. "Por ejemplo, si una persona quiere tener un hijo y la otra quiere tener dos, parten de proyectos vitales más aproximados que si una persona quiere tener un hijo y la otra no quiere tener hijos, ya que en este caso los proyectos vitales son muy diferentes".

Igual que si una persona quiere tener una relación abierta y la otra es monógama, podrán negociar sus pactos más fácilmente que si una persona quiere tener una relación abierta y conoce a alguien que quiere una relación monógama y exclusiva: "Cuanto más cercanos sean nuestros proyectos de vida, más fácil será amoldarnos mutuamente", afirma la psicóloga.

Y, por último, otra de las claves que nos ayuda a identificar la compatibilidad entre personas es que, además de pareja, seamos también amigos, añade Portillo.

"Esto puede parecer muy obvio, pero algunas personas no se llevan bien con su pareja e, incluso, me atrevería a decir que no se caen bien entre sí. Cuando nos gustamos y nos caemos bien, nos apetece hacer planes conjuntos, vivir experiencias compartidas, divertirnos, disfrutar... Y estos aspectos fomentan aún más la conexión emocional y el sentimiento de equipo", afirma.

Las relaciones no tienen que ser perfectas

A veces parece que tenemos la necesidad de encontrar una pareja ideal para tener una relación perfecta, pero ¿qué son las relaciones perfectas? No existen.

Cada persona es un mundo. Y lo que para unas personas es importante, para otras a lo mejor no tanto. Partiendo siempre de la base, obviamente, del respeto y la tolerancia. Por ello, es clave tener en cuenta que "las relaciones no tienen que ser perfectas, sino suficientemente buenas", asegura Portillo.

Y una relación suficientemente buena -añade la psicóloga- es aquella en la que "las personas o miembros de la pareja parten de 'materias primas' sanas y afines, lo que les permite trabajar en conjunto para construir un proyecto presente y futuro compartido. Con el paso del tiempo, esta compatibilidad, el trabajo en equipo y las experiencias vividas fomentan una complicidad aún mayor, que repercute en la calidad de la relación".

En las relaciones sanas y bonitas nos sentimos tranquilos y en paz con lo que sucede y seguros en el vínculo, aunque entremos en conflicto en algunas ocasiones. "Hay una sensación de facilidad, de voluntad por parte de las dos personas, de cuidado mutuo...", sostiene.

Es cierto que cuando estamos conociendo a alguien que nos gusta y que queremos seguir conociendo, debemos tener presente que "las experiencias que tenemos nos permiten hacer aprendizajes tanto en lo bueno como en lo que no lo es tanto, por lo que cada vez sabemos más qué queremos y qué no queremos en las relaciones", explica Portillo.

Pero a veces -continúa Portillo- "a raíz de experiencias dolorosas, algunos de esos aprendizajes pueden ir ligados al miedo (una emoción que nos alerta con el fin de protegernos del peligro) y cuando hay miedo, es más fácil que al conocer a nuevas personas apreciemos aquellos detalles que nos ponen en alerta y nos 'avisan' del riesgo que podríamos correr".

Y esto no siempre es malo, de hecho, en algunos casos, puede ser un marcador o indicador que nos ayude a valorar si queremos seguir conociendo a esas personas, pero en otros casos puede ser que nos lleve a retraernos y cerrarnos por detalles que no nos gustan pero que podrían ser trabajables en conjunto: "En general se trata de encontrar el equilibrio entre no irnos antes de tiempo cuando conocemos a alguien que podría ser una potencial pareja y no permanecer con alguien más de lo necesario si vemos que no somos compatibles en los aspectos que más nos importan", afirma la experta.

Por otro lado, tener la expectativa de que una relación sea perfecta, más que llevarnos a encontrar a alguien 100% compatible con nosotros (algo que no es realista), nos va a producir frustración cuando veamos que no es así. La idea de que "las relaciones no tienen que ser perfectas, sino suficientemente buenas nos permite relajarnos y poner el foco en el disfrute y en aquello que apreciamos el uno del otro, sin la presión de tener que cumplir con un estándar imposible", concluye Portillo.